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La cara no tan santa de la madre Teresa

Ante el anuncio de su canonización, se reviven investigaciones que señalan el lado oscuro de la obra benéfica de la próxima santa.

El Espectador
18 de diciembre de 2015 - 08:50 p. m.

La madre Teresa de Calcuta, fundadora de la Orden de las Misioneras de la Caridad, se encuentra a un paso de subir a los altares como santa después de que el papa Francisco estampara su firma en el decreto que autoriza su canonización. Oficialmente, de acuerdo con el calendario, la madre Teresa será canonizada el próximo 5 de septiembre.

Un anuncio que parece dividir a fieles y críticos. Unos la defienden como la religiosa que dedicó su vida al servicio de los pobres y desheredados, ejemplo de solidaridad y entrega, y otros la ven como una mujer interesada solo en el dinero, que permitía la corrupción y el oscuro manejo financiero y médico de los miles de pobres que acogió en 517 misiones en el mundo.

En 2012 Serge Larivée y Genevieve Chenard, del Departamento de Psicoeducación de la Universidad de Montreal, y Carole Sénéchal, de la Universidad de Ottawa, publicaron un documento en donde detallaban los delitos de la madre Teresa. Según este informe, la visita de varios médicos a sus misiones reveló que un tercio de los pacientes “estaban postrados en la cama, agonizando y sin recibir la atención adecuada”.

Señala un artículo publicado por la plataforma digital Broadly, dedicada a temas femeninos, que la investigación antes mencionada encontró que “en las misiones había escasez de asistencia, alimentos y analgésicos, pese a que Teresa había logrado recaudar millones de dólares”.

La revista Slate, por su parte, señala que cuando la religiosa se enfermó viajó a California para ser tratada en clínicas de ese estado, pues las condiciones en sus misiones eran tan deficientes que nadie podía ser tratado allí.

Los periodistas Christopher Hitchens y Tariq Ali crearon un documental de televisión sobre la vida de la religiosa titulado “El ángel delinfierno”, en el que Hitchens la acusa de “demagoga, obscurantista y servidora de poderes terrenales” que prefiere denunciar el aborto y los anticonceptivos que ayudar a los pobres.

Galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1979, Madre Teresa será declarada santa 19 años después de su muerte ocurrida en 1997.

Dotada del sentido de los negocios, en una ocasión le preguntó al papa Juan XXIII si las riquezas del Vaticano podían ser utilizadas para los pobres. El papa entonces le donó un Rolls Royce, el cual vendió rápidamente a buen precio en una subasta.

Durante el papado de Pablo VI la congregación se extendió por el mundo y llegó a fundar casas en América Latina, en particular en Venezuela. El papa Juan Pablo II reconoció públicamente su admiración por esa monja menuda y a la vez firme, y a mediados de los 80 bendijo la primera piedra de la casa que abrió en Roma para acoger a vagabundos.

Sus detractores la acusaban de recibir regalos sin indagar de donde provenían y de haber sido una opositora ardiente del aborto y de la píldora y de utilizar su prestigio para denunciar en todo el mundo esas prácticas.

Durante el proceso para su beatificación se descubrió que sufría de crisis religiosas y que llegaba hasta poner en cuestión la existencia de Dios. “Jamás he visto que me cierren una puerta. Creo que eso ocurre porque ven que no voy a pedir, sino a dar. Hoy en día está de moda hablar de los pobres. Por desgracia no lo está hablarle a ellos”, confesó en una ocasión.

Por El Espectador

 

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