CICR afirma ser más necesario que nunca en su 150 aniversario

"Hay necesidades enormes de protección y asistencia a las poblaciones", constató Peter Maurer.

AFP
11 de febrero de 2013 - 05:38 a. m.
Peter Maurer, presidente del CICR.
Peter Maurer, presidente del CICR.

Ciento cincuenta años muestran que "el CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) es más necesario que nunca" y ahora debe adaptarse a las nuevas formas de los conflictos y a los nuevos grupos armados, destacó su presidente, el suizo Peter Maurer, en una entrevista otorgada a la AFP.

El CICR, que siempre es presidido por un suizo, celebrará el 17 de febrero próximo el 150º aniversario de los primeros actos fundadores.

"El CICR es necesario. Si en 150 años nos hemos afirmado como organización, es porque hemos respondido a las crisis, a las guerras, a las crisis entre Estados que se desarrollaron primero en Europa y después más lejos", destacó el jefe de esta organización única en su género. Con el transcurso del tiempo y las crisis pasó de unos pocos colaboradores voluntarios filantrópicos a ser una empresa de unos 12.000 empleados que cuenta con un presupuesto de 1.200 millones de dólares.

"Hay necesidades enormes de protección y asistencia a las poblaciones", constató Peter Maurer, al ser interrogado en la sede del CICR en Ginebra, ante los marcos que presentaban cuatro Premios Nobel de la Paz, tres recibidos por la organización (1917, 1944, 1963) y el otorgado a uno de los fundadores, Henry Dunant, en 1901.

Maurer, un diplomático de carrera, fue nombrado en la dirección del CICR en julio de 2012 y destaca el papel fundamental de esta organización en la elaboración del derecho humanitario internacional y el derecho de la guerra, las famosas Convenciones de Ginebra.

En 150 años, el CICR no sólo "hizo todo lo posible por proteger a las poblaciones, por cuidar a los soldados en los campos de batalla", sino que también tuvo "una responsabilidad en el desarrollo del derecho, en inspirar las diplomacias y las políticas de los Estados para que respeten un mínimo de humanidad en las guerras, los conflictos armados y los combates", explicó.

Al verse frente a "grupos armados" que participan en luchas que "parecen un conflicto armado", el CICR apuesta a los valores que hicieron su reputación, según Maurer. "La filosofía, el tipo de acción del CICR que se desarrolló hacia los Estados, son válidos también para los grupos no estatales que se observan en la actualidad, no hay alternativa a la discusión y al compromiso constante, a convencerlos de respetar el derecho, las reglas de conducta de hostilidad, la distinción entre militares y civiles, las reglas de comportamiento y de trato de los prisioneros", agregó.

"El CICR no trabaja con la presión militar, nosotros somos una organización humanitaria, nosotros no nos protegemos a nosotros mismos con las armas, nuestra fuerza radica en la convicción, consiste en estar cerca del lugar, cerca de los conflictos, conocer a los actores, el sufrimiento de las poblaciones y responder a sus poblaciones y comprometerse con los que llevan armas para hacer respetar el mínimo de las reglas. (...) Es lo que hacemos en Afganistán, en Siria, en Somalia, en el Congo", dijo.

Al ser interrogado sobre "los nuevos desafíos", el presidente del CICR señaló que "los actores son diferentes en la actualidad", pero "también las armas son diferentes". "Hay una tecnología de armamentos con la cual el CICR se ve enfrentado y debe reflexionar sobre la adecuación entre el derecho internacional humanitario y las nuevas formas de conflicto y de armamentos".

El CICR considera que en la actualidad su prioridad es la ayuda en una decena de conflictos. Los más mediatizados de ellos no son los más graves, según él.

"Si miro actualmente a las personas que necesitan ayuda humanitaria, constato que esas necesidades son mucho mayores en la República Democrática del Congo, Somalia, Afganistán, Irak, Yemen o el Sahel de lo que pueden ser en Siria o en Malí, donde están las cámaras porque allí hay una atención internacional y además de una crisis humanitaria, divergencias estratégicas y políticas entre los Estados", afirmó.

"El CICR es una organización separada, con un mandato específico, pero cada vez más necesitamos cooperar con otros. Encontrar un equilibrio entre especificidad y cooperación es un gran desafío", estimó Maurier.

Por AFP

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