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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) acaba de anunciar que atraviesa una crisis financiera extrema que tendrá graves consecuencias en su capacidad para cumplir con su mandato y funciones básicas. Este organismo principal y autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) tiene entre sus competencias otorgar medidas cautelares para prevenir violaciones a los derechos humanos, elevar demandas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) y hacer informes y audiencias para monitorear la situación de estos derechos en el continente, entre otras.
Según un comunicado de la Comisión, el 31 de julio de 2016 se vencen los contratos del 40% del personal y no se cuenta en estos momentos con los fondos, ni con la expectativa de recibir fondos, para poder renovarlos. Asimismo, la Comisión informa que se ha visto obligada a suspender la realización de las visitas previstas para este año, así como de los Períodos de Sesiones 159 y 160, programados originalmente para julio y octubre.
La CIDH expresó su profunda aflicción ante las víctimas, los peticionarios y las organizaciones de la sociedad civil que tenían planificado participar en audiencias, reuniones de trabajo y otros espacios previstos para las sesiones de octubre. Asimismo, expresó su extrema preocupación porque la suspensión de las sesiones tiene un impacto directo en la capacidad de la Comisión de avanzar en el procesamiento de las denuncias de violaciones a los derechos humanos, ya que es en dichas sesiones cuando los Comisionados y las Comisionadas analizan, debaten y aprueban informes sobre peticiones y casos. Resulta igualmente perturbador, según la Comisión, el estado de indefensión en que quedarán miles de víctimas de violaciones a los derechos humanos.
La crisis financiera empeorará el atraso procesal de la CIDH, es decir, hará más lento el proceso de registro, admisibilidad y fondo de las peticiones que se han presentado a la Comisión, en las cuales las personas alegan violaciones a sus derechos humanos por parte de los estados miembros de la OEA. Según el comunicado, será inevitable que el retraso procesal que se estaba intentando reducir vuelva a aumentar y llegue a un punto incompatible con el derecho de acceso a la justicia.
En el comunicado, la CIDH lamenta profundamente que, si no se consiguen los fondos necesarios, perderá valiosos funcionarios que han trabajado de manera infatigable en favor de los derechos de las víctimas. “En los últimos meses y semanas, la CIDH y su Secretaría Ejecutiva han hecho todos los esfuerzos que estuvieron a su alcance para confirmar donaciones que estaban previamente conversadas, pero desafortunadamente no prosperaron. La CIDH continuará realizando todos los esfuerzos que estén a su alcance para que este escenario pueda ser revertido en lo inmediato, a fin de evitar la pérdida del 40% de su personal y de poder reprogramar los períodos de sesiones, las visitas y el desarrollo de todas las actividades previstas para el año 2016”, señala el docunento.
La Comisión Interamericana hizo un llamado a los países miembros, los países observadores y otros posibles donantes a realizar aportes financieros urgentes y de libre disposición para lograr este objetivo. A fin de evitar esta situación catastrófica, dice el comunicado, la CIDH necesita recibir fondos, o al menos compromisos escritos de donaciones, antes del 15 de junio.