Clinton podría perder frente a Trump, ¿hora de preocuparse?

Demoledor informe contra Hillary la deja muy vulnerable en la campaña presidencial. Analistas creen que si los demócratas no actúan Donald Trump será el sucesor de Barack Obama.

Redacción Internacional
25 de mayo de 2016 - 03:52 p. m.
La candidata demócrata a la Presidencia, Hillary Clinton.  /AFP
La candidata demócrata a la Presidencia, Hillary Clinton. /AFP
Foto: AFP - JUSTIN SULLIVAN

Cuando Donald Trump lanzó su candidatura a la presidencia periodistas, columnistas, políticos y analistas vieron su arrebato político como una excentricidad más. Nadie lo consideró una alternativa entre los 16 precandidatos republicanos que se disputaban la nominación presidencial.

Pero contra todo pronóstico Trump es hoy el virtual candidato del Partido Republicano y, de acuerdo con algunas encuestas, está ganando varios puntos frente a Clinton, una de las mujeres más odiadas de Estados Unidos.

Trump tiene una pésima imagen entre muchos estadounidenses, con índices de desaprobación que rondan el 60%, pero los índices de Hillary Clinton están en el 50%.

De hecho, hace unas semanas todos pensaban que una candidatura de Trump sería la derrota segura para los republicanos, pues frente a la exsecretaria de Estado, exPrimera Dama y una de las mujeres más preparadas en la política estadounidense, el magnate no tendría oportunidad. Error.

Columnistas de varios periódicos hablan de esta elección como un duelo entre dos de los personajes menos queridos de Estados Unidos, con un problema adicional: “Hillary es una candidata muy vulnerable por su pasado”, en palabras de su rival demócrata, Bernie Sanders. Una gran verdad.

Se refiere a su honestidad, confianza o autenticidad. Lo que más la podía perjudicar ya sucedió:una auditoría interna realizada por el departamento de Estado, un demoledor informe de 83 páginas, en que se señala a Clinton de utilizar un servidor privado para sus comunicaciones oficiales.

Según las investigaciones, Clinton “como mínimo debió haber entregado todos los correos” relacionados con el cargo al dejar ese puesto, y por no haberlo hecho “no cumplió con normas del departamento de Estado”.

La investigación analizó las prácticas de comunicaciones y de archivo de documentos desde Madeleine Albraight (1997-2001), pero es particularmente duro con la decisión de Clinton (2009-2013) de mantener sus correos electrónicos en un servidor privado.

El escándalo sobre los correos de Clinton estalló en marzo de 2015, cuando se reveló que había utilizado de forma exclusiva un servidor privado ligado a su familia, en vez del sistema de correos electrónicos del departamento de Estado. De acuerdo con las denuncias, al utilizar ese servidor, todas las comunicaciones de la entonces Secretaria de Estado quedaron fuera del escrutinio reservado a documentos oficiales, sin mencionar los riesgos que supone el tránsito de información restringida por un servidor externo al sistema de la cancillería.

Fue el deseo de tener acceso a sus correos en un teléfono celular lo que llevó a Clinton a utilizar su servidor privado en vez de los dispositivos autorizados por el departamento de Estado.

El informe destacó un memorando interno distribuido en marzo de 2011 que urgía a los funcionarios del departamento de Estado a “minimizar el uso de correos personales para asuntos oficiales”.

Por Redacción Internacional

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