Son laderas escarpadas, caminos de ripio, valles y montes. Tierra. Tucumán es una provincia del noroeste argentino, de mayoría rural, donde muchas de las poblaciones no cuentan con líneas telefónicas ni cobertura celular. Hace tan sólo un par de años, algunos de los niños que caminaban largas distancias para ir a las escuelas aprendían computación con una caja de cartón que hacía las veces de computador. No alcanzaba para entender cómo era ese universo llamado internet, sobre el que leían en algunos textos escolares.
La situación se repetía en otras provincias de Argentina, como Formosa, Chaco y Misiones. Y también al otro lado del Río de la Plata, en Uruguay; y un poco más al norte, en Brasil, y en Paraguay, en Bolivia, en Colombia, en Venezuela.
La región, comenzando el siglo XXI, tenía una deuda de acercar la tecnología a la educación rural, explica el exministro de Educación argentino, Daniel Filmus. Al sur del continente, el país austral comenzó a desarrollar proyectos piloto en varias provincias durante 2007 y 2008, buscando cerrar esa brecha digital entre el país rural y el país urbano.
Tucumán fue uno de los primeros ejemplos de lo que se podía hacer en el resto de Argentina. Con el programa Computadores por la Paz, además de entregar —inicialmente— computadores a 14 escuelas, el proyecto llevó por primera vez conectividad a regiones de la provincia que no la tenían. Los niños aprendieron primero a conectarse a internet que a hacer una llamada telefónica. Fueron 2.400 alumnos los que comenzaron con el piloto, y hoy casi toda la población escolar de la región tiene acceso a computadores y a internet.
El cambio fue igualmente importante para los maestros, para quienes todo el acercamiento a las nuevas tecnologías también era nuevo. “La idea es que en zonas vulnerables de América Latina, el computador se convierta en una herramienta para el maestro y no en un rival; que los maestros le pierdan el miedo al computador”, explicaba hace algunos años la ministra de Educación de la provincia, Silvia Rojkés, quien contó para el proyecto con el apoyo de la Corporación Andina de Fomento (CAF). El proyecto se implementó luego en provincias, como Salta, Santa Fe, Mendoza, San Luis y Chubut, entre otras, con excelentes resultados.
Precisamente, en la Cumbre de las Américas que comienza este viernes en Cartagena, la educación rural será uno de los grandes temas que busca poner en la agenda la canciller María Ángela Holguín, quien oficiaba como representante de la CAF en Argentina cuando se gestaron los proyectos en Tucumán y Salta.
La iniciativa cuenta ya con el apoyo de varios presidentes, que desde hace algunos años vienen realizando campañas en sus países. En Argentina, tras el éxito de los proyectos piloto, el gobierno de Cristina Fernández lanzó el año pasado el programa Conectar con Igualdad, con el que ha entregado cerca de dos millones de computadores portátiles a todos los estudiantes de secundaria de las escuelas públicas del país. La mayoría de gobernaciones ha apoyado el proyecto garantizando el acceso a internet. La meta es entregar tres millones de máquinas y garantizar así una cobertura del 100%.
Chile, México y Brasil comienzan ya a trabajar en esta área, con proyectos similares. El país más avanzado es quizás Uruguay, donde todos los estudiantes del país —incluidos los de educación preescolar— tienen un computador portátil, y todas las escuelas tienen acceso a internet. “Estamos entrando en la civilización digital. Si dejamos que esto lo vaya resolviendo la sociedad, muchos se van a quedar afuera”, había afirmado Mujica durante su campaña presidencial. En la cumbre se buscará que el compromiso sea regional.
La tecnología tras las bambalinas de la cumbre (ver infografía).