El director de Inteligencia costarricense, Mauricio Moraschi, presentó su renuncia, sumándose a quien fuera ministro de Comunicación, Francisco Chacón.
El empresario colombiano es Gabriel Ricardo Morales Fallón, aunque en su contacto con miembros del gobierno del país centroamericano se presentó como Gabriel Olafán. Con su nombre real ha estado bajo investigación en Colombia desde hace casi una década, por la aparente importación ilegal de carros y por presuntos nexos con el narcotraficante Juan Carlos Ramírez, alias Chupeta.
Bajo el nombre de Gabriel Olafán, Morales Fallón prestó a la presidenta Chinchilla y a su esposo un avión para asistir a una boda en Perú el fin de semana anterior. El hijo del segundo vicepresidente del país, Luis Lieberman, celebraba su matrimonio. No obstante, la controversia es mayor, pues esa misma aeronave, registrada a nombre de la empresa petrolera THX Energy —propiedad de Morales Fallón— también le había sido prestada en marzo a la mandataria para asistir a los funerales del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
El fiscal de Costa Rica, Jorge Echevarría Guzmán, aseguró que no existe evidencia de que haya nexos entre el empresario y Chinchilla, pero anunció la apertura de una investigación, porque para una de sus salidas, aparentemente, la mandataria no habría pedido permiso a la Asamblea Nacional.