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Crecimiento en cooperación militar

Estados Unidos refuerza el apoyo aéreo a Polonia y los países bálticos.

Eva Saiz, especial de ‘El País’ de España
07 de marzo de 2014 - 12:15 p. m.
Un F-15 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la base de Siauliai Zuokiniai, en Lituania. El Pentágono envió seis más de estos aviones para reforzar las operaciones de la OTAN en la región del Báltico. / AFP
Un F-15 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la base de Siauliai Zuokiniai, en Lituania. El Pentágono envió seis más de estos aviones para reforzar las operaciones de la OTAN en la región del Báltico. / AFP
Foto: AFP - PETRAS MALUKAS

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, anunció un refuerzo de la participación de Estados Unidos en las misiones de vigilancia aérea de la OTAN en Polonia y los países bálticos. El jefe del Pentágono, sin embargo, insistió en defender la vía diplomática, por la que ha apostado el presidente norteamericano, Barack Obama, para resolver esta última crisis que ha vuelto a poner en jaque la eficacia de la política de no beligerancia que ha abrazado el mandatario.

La decisión de intensificar el apoyo aéreo en Polonia y el Báltico llega dos días después de que el Pentágono anunciara la suspensión de las operaciones militares con Rusia, una medida que se suma a la estrategia de aislar política y militarmente a Moscú con la que amenazó Obama a su homólogo ruso, Vladimir Putin. El Congreso también aprobará nuevos castigos económicos a Rusia antes del fin de semana.

Aunque el rublo se ha resentido en la bolsa en las últimas horas, ni las amenazas ni las medidas concretas adoptadas ya por EE.UU. o la Unión Europa (UE) han hecho cambiar de actitud a Putin, poniendo en duda si la diplomacia es la mejor estrategia frente a un político acostumbrado a la Guerra Fría y a un país que no atendió a una presión internacional similar durante el conflicto de Georgia en 2008.

“Entonces, se amenazó con castigos pero no se aplicaron, como ahora, lo que demuestra que Washington está siendo mucho más serio”, señala Cory Welt, director del Instituto de Estudios Europeos, Rusos y Euroasiáticos de la Universidad George Washington.

Las decisiones adoptadas por la Casa Blanca, por sí solas, poco pueden afectar a la toma de decisiones en el Kremlin -el intercambio comercial entre ambos países únicamente representa el 1% del total de importaciones y exportaciones de EE.UU.-, pero Washington confía en que la UE lo secunde con medidas menos tibias que las ejecutadas hasta ahora. “Europa depende de su gas, pero Rusia necesita poner ese gas en el mercado, esa es una vía de dos direcciones que Bruselas debería explorar, creo que la visión alemana de que la relación con Moscú es esencial para garantizar la seguridad en Europa está empezando a cambiar”, sostiene Matt Rojansky, director del Instituto Kenan del Woodrow Wilson Center y experto en la relación entre EE.UU. y Rusia.

Ucrania se ha convertido en la última prueba de fuego de viabilidad de la vía diplomática por la que Obama ha apostado desde que llegó a la Casa Blanca. “Obama ha podido perder parte de su credibilidad internacional frente a un político realista como Putin. Probablemente, éste no hubiera forzado tanto los límites de tener en frente a un presidente de EE.UU. más beligerante”, reconoce Welt.

Sin embargo nadie, ni los halcones republicanos, se plantean una intervención militar. “No vamos a añadir más material explosivo al polvorín enviando tropas estadounidenses a la región. Sería un gran error. Esto no es el siglo XIX, no estamos en la Guerra Fría, estamos en un mundo global y Putin va a perder todas sus posibilidades en esta crisis si se le aísla del sistema, eso es seguro”, sostiene Rojansky.
 

Por Eva Saiz, especial de ‘El País’ de España

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