Cruz Roja admite que no logra enfrentar grave situación en Siria

La crisis humanitaria va en aumento, mientras que el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja señala que ya "no dan abasto".

EFE
08 de noviembre de 2012 - 06:01 a. m.
Las explosiones en Damasco han dejado cientos de muertos/ AFP
Las explosiones en Damasco han dejado cientos de muertos/ AFP

El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, afirmó este jueves que la organización ha visto desbordada su capacidad para intentar asistir a los civiles sirios ante el "grave empeoramiento" de la violencia en el país.

"Estamos en una posición en la que la situación humanitaria, debido al conflicto, ha empeorado, y pese a que el alcance de nuestras operaciones se ha ampliado no damos abasto", declaró el presidente del CICR en una conferencia de prensa.

"Hay una brecha entre el dramático empeoramiento de la situación y nuestras operaciones, que no pueden seguir el ritmo ante la velocidad y la gravedad de lo que está pasando", advirtió.

Maurer dijo que esto significa un aumento del número de personas "que no reciben la ayuda que necesitan", aunque reconoció que el CICR no puede hacer una evaluación numérica, sino evaluar a partir de estimaciones, teniendo en cuenta que "la guerra se extiende".

"Cuando me refiero a un empeoramiento es porque vemos que los combates que se extienden en el país. La conclusión plausible es que hay más heridos y más problemas", afirmó Maurer, que recordó que el CICR encuentra "restricciones burocráticas, militares, estratégicas de seguridad, que nos impiden estar en todas partes todo el tiempo".

En este sentido, señaló que la posibilidad de entrar hace unos días en Homs (oeste del país) para ayudar a los civiles, aunque fuera solo durante un par de horas, "fue un logro de importancia capital, porque nos ha permitido hacernos una idea de lo que pasa y de lo que nos podemos encontrar en situaciones similares".

Maurer recordó que su personal no ha entrado desde hace tiempo en centros urbanos asediados por los bombardeos gubernamentales como Alepo e Idlib, donde "no sabemos lo que nos espera".

"Hay muchos puntos ciegos. Sabemos que la ayuda no ha llegado a muchas zonas y no podemos decir cuál es la situación", agregó el presidente del CICR, que también recordó que "se sabe muy poco sobre los desplazados internos y su capacidad para resistir".

"Vamos a ciegas en lo que se refiere a la gente enferma, la gente herida, las necesidades de agua, alimentos y de sanidad. Estamos navegando a ciegas, simplemente no sabemos", admitió.

Preguntado por la posibilidad de establecer una zona de exclusión aérea o un corredor humanitario para poder llegar a la población civil, se mostró "escéptico" sobre el impacto de la medida.

"No pensamos que es la mejor práctica humanitaria, porque de lo que se trata es de una ocupación militar del territorio o del espacio aéreo, algo que no tiene nada que ver con lo humanitario y contribuye a mezclar operaciones militares y humanitarias", declaró.

"Si decides tomar una decisión así, es mejor declarar que tu estrategia es ocupar militarmente el espacio aéreo o el territorio de un país. En el momento que se llama a esto una operación humanitaria, tengo problemas", explicó Maurer.

El presidente del CICR viajó a Damasco a principios de septiembre y aseguró haber obtenido el compromiso del Gobierno de Bacher el Asad de que permitiría a sus delegados visitar las cárceles, un compromiso sobre el que, afirmó, no ha habido progresos.

De esa visita destacó también el acuerdo de establecer un contacto directo y constante con un alto mando del ejército sirio que permita al CICR conocer mejor el alcance de las operaciones militares, en una relación que se inició "hace un par de días".

Sobre la posibilidad de conocer las condiciones de detención de militares apresados por los grupos armados de oposición, Maurer dijo que no ha habido ningún avance en este terreno y destacó que es difícil la interlocución porque no existe un mando unificado.

También habló sobre las recientes denuncias por parte de asociaciones médicas sirias que operan en el exilio de que la ayuda humanitaria que gestiona la Media Luna Roja no llega hasta las personas que la necesitan, sino que acaban en manos del Gobierno.

Maurer aseguró que existe una relación de "plena confianza" con la Media Luna Roja siria, pero reconoció que el CICR "no puede garantizar que no haya ejemplos en los que una determinada operación de ayuda humanitaria no haya sido independiente".

"Lo que también puedo decir es que es un desafío cotidiano convencer y transmitir a nuestros interlocutores sirios en qué consiste la independencia, la neutralidad y la imparcialidad de la acción humanitaria", añadió.
 

Por EFE

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