Desafíos de Malí tras derrota de los islamistas

El presidente interino, Dioncounda Traoré, dijo que desea organizar elecciones "antes del 31 de julio".

AFP
01 de febrero de 2013 - 11:44 a. m.

Restablecer la seguridad, conseguir la reconciliación nacional, reconstruir la economía, convocar elecciones, restablecer la administración y garantizar el retorno de los refugiados: son los grandes desafíos de Malí tras la campaña militar francesa que busca expulsar los grupos islamistas armados que durante meses ocuparon el norte de este paupérrimo país africano.

"No estamos muy lejos de la liberación del territorio, pero hay que ser conscientes de que tendremos un período de inestabilidad en algunas regiones del país. No obstante, ahora hay más razones para ser optimista que pesimista", declara el exministro maliense Tiebilé Dramé.

Según el exministro, uno de los responsables de una coalición de partidos opuestos a los golpistas que derrocaron al presidente Amadou Toumani Touré en marzo de 2012, "habrá desafíos tremendos que afrontar, pero la extraordinaria solidaridad internacional que se ha expresado" en Malí "es un motivo de satisfacción y aliento".

Pero sobre todo hará falta desde ya "un diálogo entre los malienses" y la organización de elecciones, "los dos componentes esenciales del proceso político".En 2012 Malí vivió una crisis sin precedentes.

El proceso comenzó con los ataques lanzados en enero contra el ejército, seguidos del golpe de Estado del 22 de marzo, que precipitó la caída de las regiones del Norte en manos de los grupos armados islamistas.

Desde hace tres semanas, los ejércitos de Francia y Malí han llevado adelante con éxito una campaña contra los grupos islamistas radicales, que entretanto habían expulsado de la zona a los rebeldes tuareg, con los que se habían aliado inicialmente para tomar el norte.El ejército francés, a su vez, será relevado por una fuerza africana.Y según la Unión Africana, la conferencia de donantes organizada el 29 de enero permitió recaudar más de 455 millones de dólares para las necesidades militares y humanitarias del país.

Después de la guerra habrá "muchas cosas que hacer, porque el problema de Malí es, para empezar, un problema de desarrollo. Habrá que pensar en la reconstrucción y en el desarrollo del conjunto de las regiones, no sólo las del norte", apunta Madou Diallo, profesor de derecho internacional en la Universidad de Bamako.

Entre los desafíos pendientes están el restablecimiento de la seguridad y la administración en las zonas ocupadas por los islamistas, el regreso y reinstalación de los desplazados y refugiados (cerca de 400.000) y la organización de elecciones generales para instalar a nuevos dirigentes.

De esta forma quedaría cerrada la transición iniciada tras el golpe de Estado, que sacudió todas las instituciones.Igualmente deberán entablarse negociaciones con los grupos armados opuestos al "terrorismo" y la partición del país, en particular la rebelión tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA).

El presidente interino, Dioncounda Traoré, dijo que desea organizar elecciones "antes del 31 de julio" si es posible."Antes de julio, la Administración puede volver a estar operativa, y los refugiados y desplazados pueden haber vuelto a sus casas. Todo el proceso electoral puede ponerse en marcha", afirma Boubacar Touré, del partido Unión por Malí (RPM).

Pero no todos son optimistas sobre el futuro político del país.Younouss Hamèye Dicko, responsable de una coalición favorable a los golpistas y opuesta a las autoridades de transición, ironiza sobre los "milagros" esperados.

"No veo cómo de aquí a julio se pueden celebrar elecciones (...) La administración aún no está redesplegada, los refugiados y desplazados aún no están de vuelta, el tejido social no se ha recuperado todavía y la paz no está garantizada. Así que tengo una duda científica", explica. 

Por AFP

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