Muchas críticas se han enarbolado en contra de The Huffington Post, el diario digital estadounidense que tiene un número reducido de redactores de planta y muchos blogueros que escriben sin retribución económica. El medio, creado por Arianna Huffington, ha ganado un Pulitzer, ha superado en número de usuarios a otros como The Washington Post y The New York Times y ha traído toda una revolución a los medios digitales. Hace pocos meses se abrió el Huffington en Francia y este jueves se estrenó en España, bajo la dirección de la periodista de radio Montserrat Domínguez, de la Cadena Ser. El Huffington en español nace de la alianza entre The Huffington Post y el grupo Prisa. Tendrá inicialmente siete redactores, sin contar a su directora, y casi un centenar de blogueros.
Hace dos años usted dijo no tener blog, ni Twitter ni portátil. Ahora dirigirá un diario digital ...
Sigo sin blog, aunque estoy a punto de estrenarme como bloguera en The Huffington Post, lo que me obliga a aprender de los mejores... los blogs son distintos a los artículos de opinión que publicaba en La Vanguardia, pero el espíritu es el mismo: contar algo interesante y contarlo bien. Tengo cuenta en Twitter desde hace un año, tiempo en el que he descubierto el poder de los 140 caracteres. Sigo pensando lo mismo: tuitear no es necesariamente periodismo —mi hijo de 14 años tuitea con fruición y no lo considero un periodista—, pero es una herramienta fantástica para seguir la actualidad y leer recomendaciones de otros tuiteros. El espíritu del periodismo es el mismo, con o sin Twitter, redes sociales o internet: lo que buscamos en el Huffington Post es explorar todas las posibilidades que tenemos para seguir haciendo el papel fundamental del periodismo: contar lo que pasa, ponerlo en contexto y analizarlo, con un compromiso claro frente a la sociedad.
¿Qué retos le esperan como directora del ‘Huffington Post’?
Convertir El Huffpost en español en un lugar de referencia de noticias, análisis, opinión y debate donde los lectores participen de manera activa. No se trata tanto de tener muchos seguidores, como de que éstos se involucren.
¿Por qué dice que el ‘Huffington Post’ es “necesario en estos tiempos de incertidumbre”?
Porque vivimos un momento en el que la sociedad se está distanciando de la política, de las instituciones en general y en particular, de los medios de comunicación. Por eso es más necesaria que nunca una buena información y la implicación de los lectores.
El modelo de ‘The Huffington Post’ ha sido criticado en EE.UU. por su reducido número de redactores de planta, por no pagar a sus blogueros y sí recibir pago por la pauta publicitaria. ¿Qué responde a estas críticas?
The Huffington Post nació con un número muy pequeño de redactores y ahora son más de 200; acaban de ganar su primer premio Pulitzer. Y su acierto fue incorporar multitud de voces de la vida social, política, económica y cultural a través de los blogs. Los blogs han revolucionado nuestras vidas; hay miles de blogueros —no sólo periodistas— que quieren expresarse y lo hacen a través de sus textos, sobre las materias más diversas. Y la blogosfera rompe los esquemas habituales de publicación a los que estábamos acostumbrados. No paro de recibir propuestas de gente muy diversa que quiere escribir en el Huffpost. Y quieren hacerlo porque son conscientes de que así llegarán a un público muy amplio y les interesa difundir sus conocimientos, sus opiniones, su libro, su película, su página web... Hay una nueva economía en red, que queremos explorar. Respecto a la remuneración económica, Facebook acaba de salir en bolsa por una cantidad exorbitante, y aún no he escuchado a ninguno de los usuarios de FB exigir una contraprestación por escribir en su muro. En Twitter pasa lo mismo, en Tumblr, en Pinterest...
¿Qué les espera a los periodistas si los diarios empiezan a hacerse en mayor medida por blogueros que escriben a cambio de visibilidad?
Insisto en algo importante: no todos los periodistas son blogueros, ni todos los blogueros son periodistas. Los periodistas son imprescindibles para la sociedad. Los siete periodistas que forman parte de la redacción de El Huffington Post en España, los doscientos que trabajan en The Huffington Post en EE.UU., los doce de Le Huffington Post en Francia —que tiene apenas cuatro meses de vida—, etc., son fundamentales para dar personalidad y solidez a un medio de comunicación. Si no sería otra cosa; hay ya muchas plataformas de blogueros que cuelgan sus blogs sin contraprestación económica, pero yo no definiría estos sites como un medio de comunicación, necesariamente.
¿Qué espacio tendrá el periodismo de investigación en el ‘Huffington’ en español?
El periodismo de investigación necesita mucho tiempo, mucho talento y mucho dinero para sostenerlo. Somos una redacción pequeña, pero no renunciamos a que, mejor antes que después, podamos dedicar parte de nuestros recursos a elaborar e investigar temas propios. Entretanto, haremos algo que me parece fascinante: agregar. Si El Espectador lleva una gran noticia, una gran exclusiva, enlazaremos a ella e invitaremos a los lectores de El Huffpost a visitar elespectador.com. Lo haremos con todos los medios en España y en América Latina que, a nuestro juicio, ofrezcan una información destacada y bien reporteada. Sin complejos.
¿Cree en el periodismo ciudadano?
No. Sí creo en que los medios digitales ofrecen a los ciudadanos una oportunidad única de interactuar con lo que leen, ven y escuchan. Y lo que ellos aportan enriquece el trabajo del periodista profesional, que es imprescindible.
¿Cuál es el perfil del periodista del futuro?
Escuché a Arianna Huffington hablar de los periodistas anfibios: profesionales capaces de desenvolverse bien en varios frentes a la vez. Siempre serán necesarios los periodistas especializados, los buenos fotógrafos, un buen cámara de televisión... pero no veo que sea incompatible con periodistas que puedan tomar una foto, hacer una crónica bien escrita o un live blog a través de Twitter.
¿Es inminente el fin de la prensa impresa?
No. Pero creo que vivimos un cambio estructural que ya ha dejado muchos cadáveres impresos por el camino... A mí me gusta leer en papel, como me gustan los libros, y creo que acabarán conviviendo con los medios digitales, aunque no de la manera a la que estamos acostumbrados.
¿Y cuál será la portada del 7 de junio?
Si lo supiera...
El éxito de Arianna Huffington
Arianna Huffington es economista de la Universidad de Cambridge y columnista de origen griego. Antes de lanzar The Huffington Post era reconocida por defender ideas conservadoras en Estados Unidos.
Luego se pasó al liberalismo y se convirtió en activista del Partido Demócrata y detractora de la ocupación estadounidense en Afganistán e Irak. The Huffington Post se inauguró en la red en 2005 y pronto se convirtió en uno de los diarios más leídos del país, su fundadora fue incluida un año después (y otra vez en 2011) en la lista de los 100 personajes más influyentes del mundo de la revista Time. Además de haber publicado 13 libros, entre biografías, ensayos políticos y textos de autoayuda, es bloguera de su propio medio y una fuente de consulta para los más destacados medios de comunicación internacionales.
Anne Sinclair, la Arianna de Francia
La directora editorial de la versión francesa del Huffington Post, inaugurado en enero de este año, es Anne Sinclair, la esposa del exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, cuyos escándalos sexuales con una camarera del hotel Sofitel de Manhattan ocuparon las primeras páginas de la prensa internacional durante 2011.
Sinclair fue estrella de los informativos de televisión en Francia en los 80 y principios de los 90,pero abandonó su labor al frente del noticiero en 1997, cuando su marido asumió la cartera de Economía en el gobierno. También se sabe que es heredera de una importante fortuna, ya que es una de las nietas de Paul Rosenberg, quien fue el comerciante de Pablo Picasso, Georges Braque, Henri Matisse, entre otros. El diario digital que ahora dirige es producto de una alianza entre Le Monde, The Huffington Post Media Group y Les Nouvelles Editions Indépendentes.