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Dos Coreas, una historia

En 1950, la guerra de Corea se constituyó como el primer conflicto que confrontó el accionar militar de la era bipolar.

Nicolás Botero Vásquez*
19 de marzo de 2013 - 11:46 a. m.
Guerra de Corea (1950-1953). / Agencia
Guerra de Corea (1950-1953). / Agencia

La guerra de Corea tuvo su origen con el avance soviético sobre los territorios definidos en el lejano oriente. Este avance se vio favorecido con el triunfo de los comunistas en la Revolución China, y la posterior alianza, que el nuevo gobierno de China popular, a cargo de Mao Zedong, había establecido con los rusos, obteniendo la unión de las fuerzas, y soportado en la idea de extender el comunismo en todos los territorios asiáticos, iniciando por su vecino Corea.

Es importante aclarar que, una vez finalizada la segunda guerra mundial, este territorio había sido dividido en dos zonas: Corea del Norte y Corea del Sur. Corea del Norte, apoyada y reconocida por la Unión de Repúblicas socialistas soviéticas – URSS, y Corea del Sur, apoyada por los Estados Unidos de América – EE.UU.
Durante la primera fase de la Guerra Fría, donde el gobierno de los Estados Unidos demuestra, de manera paciente y decidida, emprender acciones para la vigilancia y contención sobre las presunciones expansionistas de la URSS, Corea del norte, envía tropas del ejército que invaden Corea del sur, generando un choque y proponiendo una clara provocación militar en contra del dominio estadounidense en la zona.

La intervención estadounidense en la guerra de Corea, constituyó un compromiso que tuvo unas dimensiones a gran escala. El gobierno estadounidense tomó la decisión de embarcarse en un programa de extensión mundial, cuyo propósito era colaborar con aquellas naciones libres, en las que los recursos eran insuficientes para lograr mantener sus fuerzas militares y defenderse de la agresión soviética.

En 1950, la guerra de Corea se constituye entonces como el primer conflicto que confronta el accionar militar de la era bipolar. La confrontación de los dos bloques en situación permanente de tensión militar y crisis, con un alto potencial de aumentar las tensiones y provocar una nueva escalada mundial, se tornó más peligrosa por la constante amenaza de desarrollo del armamento nuclear.

Estados Unidos toma decisiones de manera inmediata frente a la agresión contra Corea del sur, y propone a su estamento militar dar la ayuda y protección militar que fueran necesarias para su protección.

La ayuda de los Estados Unidos de América, pudo concretarse con mayor solidez, cuando la Organización de Naciones Unidas, a través del consejo de seguridad, decide intervenir en contra de la amenaza comunista del momento y respalda la decisión de los Estados Unidos, de intervenir de manera militar para la defensa de Corea del sur, mientras que China popular y la URSS, daban su total apoyo a los ejércitos de Corea del Norte.

El problema, que ya era bastante difícil, y luego de un dominio de las tropas norcoreanas, fue que las tropas estadounidenses y las tropas de la ONU, en el inicio del año 51, lograron abrirse camino, haciendo retroceder a los norcoreanos hacia el oriente y retroceder, hacia el norte, a las tropas chinas.

Una vez obtenido el apoyo de Estados Unidos y de la ONU a la intervención militar, en defensa de Corea del Sur, la guerra continúa dos años más y, en enero de 1953, el General Eissenhower se posesiona como presidente de los Estados Unidos. En marzo del mismo año, muere Stalin y Malenkov, de la antigua Unión Soviética, asume el cargo de jefe de gobierno, evidenciándose un cambio en los asuntos internacionales de la política rusa, bajo un actuar más prudente.

Las diferencias radicales entre las dos Coreas no han sido más, que la consecuencia de considerar, que la motivación principal del proceso de la guerra fría, sin duda, fue el aislamiento de Corea del Norte y de otras naciones de la política económica mundial, y de una serie de estados que se sustraen de la red, para algunos globalizadora, del sistema capitalista y de la potencia hegemonía imperialista.

La confrontación de la época requirió de una construcción ideológica que sustentará y potenciará la postura de un socialismo, para algunos “real”, traducido en discursos antiimperialistas y antiglobalizadores, que vuelven a ser obsoletos como recursos ideológicos y declarados como superados y sin vigencia con la finalización de la época de la contención del comunismo.

En estos momentos, cabe recordar que el armisticio, firmado en 1953, es literalmente una tregua, finalmente superada, con momentos largos, violentos y angustiantes. Sin embargo, desde lo estructural, sitúa a las dos Coreas en un momento en el que aumentan sus tensiones militares, rompiendo lo que técnicamente lograron en el 53, con lo que se puede considerar la existencia de una tregua. Un alto en la guerra o la intención de la misma.

Es en este momento, cuando una nueva escalada del conflicto debe ser evitada por el desenlace que este tomaría y lo que significaría para muchos en la comunidad nacional e internacional. El hecho significaría, de nuevo, regresar a la guerra con potencias que ya habían estado ocupando un papel importante y preponderante en la escena internacional, en la antigua crisis de los 50`s, con una búsqueda permanente de la supervivencia misma del estado, su seguridad y además, la inclusión de nuevos jugadores que hoy son considerados importantes y estratégicos, como el papel que desempeñaría Japón y la Unión Europea.

Aunque Corea del sur, en repetidas ocasiones ha hecho un llamamiento para que no se lleven las tensiones a un escalamiento violento, considera que los actos son eminentemente voluntaristas, con un gobierno agresivo en Corea del Norte, que vive en permanente amenaza y que se sitúa en el momento de querer llevar la situación al límite.

El sentimiento de la población en general, puede ser de calma y tranquilidad, debido a que puede decirse que están acostumbrados a vivir en situación de tensión permanente.

Es preciso resaltar que la preocupación, de este lado del sistema, es que las conversaciones deben ser encaminadas a encontrar una salida definitiva y pronta a las tensiones militares y que, un punto fundamental de la conversación, es la renuncia de Corea del norte al enriquecimiento, almacenamiento y producción de armamento nuclear.

Corea del Norte es, en el siglo XXI, la única dinastía comunista que dirige los designios de un estado en el mundo, cuando su padre, el ex presidente Kim Jong Il, cede el poder a su hijo, Kim Jong Un.

 

*Analista Político Internacional

Por Nicolás Botero Vásquez*

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