“Pero quiero hacer más, cerrar cualquier laguna legal y lograr que cada país avance un kilómetro más para endurecer las sanciones” contra Teherán, dijo Clinton. Inmediatamente después del anuncio, la diplomacia estadounidense ya comenzó una serie de reuniones individuales con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta será la respuesta —hacer más fuerte el aislamiento diplomático de Irán producto de las sospechas de su programa nuclear— al plan que salió a la luz pública después de la detención de Mansur Arbabsiar, iraní de 56 años, nacionalizado estadounidense, y la implicación en el proceso de Gholam Shakuri, miembro del grupo Fuerzas de Al Quds, rama de la poderosa Guardia Revolucionaria iraní, aún prófugo.
Según las revelaciones del Pentágono, estos hombres habrían buscado una aproximación con la organización criminal mexicana de ‘Los Zetas’ en Estados Unidos, con tan mala suerte que en esos contactos dieron con un agente encubierto de la DEA que los contactó con otros agentes en México. Según el gobierno norteamericano, los dos iraníes ofrecieron US$1,5 millones para que un sicario cometiera el asesinato y hablaron de planes futuros contra las embajadas de Arabia Saudí e Israel en Washington.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Ramin Mehmanparast, descartó las acusaciones y declaró que se trata de una trama montada por EE.UU. para atacar a su gobierno y proteger a Israel: “No buscamos el enfrentamiento, pero si (Estados Unidos) nos lo imponen, las consecuencias serán más duras para ello”.