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EE.UU. piensa acabar la guerra contra las drogas

La administración Obama está a favor de la despenalización para reducir el preocupante número de reclusos encarcelados por delitos menores relacionados con el consumo de estupefacientes, pero se opone a la legalización.

Eva Saiz / Especial El País
24 de mayo de 2013 - 10:00 p. m.
Obama buscará  la excarcelación de presos no peligrosos para incorporarlos a rehabilitación. / AFP
Obama buscará la excarcelación de presos no peligrosos para incorporarlos a rehabilitación. / AFP
Foto: AFP - WIN MCNAMEE

Gil Kerlikowske, el director de la Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, ha defendido la necesidad de cambiar de estrategia para lidiar con el problema de la droga en Estados Unidos. Kerlikowske ha defendido durante la presentación del Programa de Control de Detenciones por Abuso de Sustancias de 2012 que es imperioso acabar con la cultura de la guerra contra las drogas y abordar el asunto desde una perspectiva en la que prevalezca la salud pública frente a la seguridad, primando la prevención y el tratamiento. En esta transformación, la administración Obama está a favor de la despenalización para reducir el preocupante número de reclusos encarcelados por delitos menores relacionados con el consumo de estupefacientes, pero se opone a la legalización.

“Es hora de cambiar de eslogan, no podemos circunscribir la lucha contra las drogas a una guerra”, explicó Kerlikowske. El zar antidrogas del presidente Barack Obama ha respaldado la adopción de alternativas legales y judiciales que acaben con el círculo vicioso que criminaliza el uso de las drogas provocando la encarcelación de los consumidores. “Nada bueno puede salir cuando lo único que podemos hacer con un chaval al que se le pilla con marihuana es procesarlo por un cargo de posesión”, se ha lamentado Kerlikowske.

De los 2,2 millones de personas encarceladas en EE.UU., poco más de la mitad está en prisión por delitos relacionados con drogas, según el Censo de 2010. “Más de la mitad de los delincuentes por crímenes no relacionados con estupefacientes dan positivo en los tests antidrogas y eso implica que se les impongan nuevos cargos por consumo, esto es un problema”, ha indicado Kerlikowske. El experto en la lucha antidrogas de Obama aboga por una reforma de los códigos penales que no criminalice el consumo, que establezca penas alternativas a la prisión y que fomente los tratamientos de rehabilitación.

En esta línea, el último plan antidroga de la Casa Blanca que Kerlikowske presentó hace un mes prevé el incremento de los tribunales de drogas, que atienden casos de delitos menores relacionados con estupefacientes y en los que se aplican mediadas que hacen hincapié en el tratamiento y la rehabilitación. En EE.UU. hay alrededor de 2.500 tribunales de drogas, pero sólo el 3% de este tipo de procesados es juzgado en ellos. El plan de Obama también prevé la excarcelación de presos no peligrosos para incorporarlos a programas de rehabilitación. De la población reclusa, el 53% sufre problemas de adicción, pero menos del 15% recibe tratamiento. Kerlikowske ha destacado la importancia de la prevención y el tratamiento para la desintoxicación que, con la reforma sanitaria del presidente está cubierto. “La igualdad en el acceso a los programas de rehabilitación es una prioridad para esta administración”, ha subrayado Kerlikowske.

La administración Obama defiende la descriminalización, pero no está a favor de la legalización de las drogas como solución al problema. Kerlikowske ha dejado claro que no apoya las iniciativas de los estados de Colorado y Washington que han regularizado la venta, producción y consumo, en determinadas cantidades, de la marihuana.

 

Por Eva Saiz / Especial El País

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