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Egipto, el mediador estéril

Luego del rechazo de Hamás a la propuesta de tregua egipcia, Israel intensificó los bombardeos. Se agrava la situación para los palestinos.

Ismael Monzón / Especial de 'El País', El Cairo
17 de julio de 2014 - 04:57 a. m.
El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shukri. / EFE
El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shukri. / EFE
Foto: EFE - KHALED ELFIQI

Fiel a su convicción de actuar como una potencia regional, Egipto deslizó la noche del lunes una propuesta con la que esperaba acabar las hostilidades iniciadas el 7 de julio, cuando Israel lanzó sobre Gaza la operación Margen Protector, que ha causado cerca de 200 fallecidos y más de un millar de heridos. La iniciativa, fracasada, preveía un alto al fuego total a partir de la noche del martes y el inicio de conversaciones entre el Gobierno israelí y “diferentes facciones palestinas” en El Cairo en 48 horas.

Durante los últimos años del régimen de Hosni Mubarak, el país árabe más poblado consiguió efímeros acuerdos actuando como mediador entre israelíes y palestinos. Aunque la negociación más fructífera llegó en 2012, de la mano del islamista Mohamed Mursi, que consiguió convencer a Hamás de que aceptara un cese de la violencia con Tel Aviv tras una semana de bombardeos que causaron más de 150 muertos.

Aquel pacto incluía la apertura parcial de los pasos fronterizos “para facilitar la transferencia de personas y mercancías” y una pequeña salida al mar para los pescadores gazatíes. Ambas partes celebraron entonces la mediación egipcia, que recibió los elogios de Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional. Sin embargo, el nuevo gobierno de Abdel Fatah al Sisi tiene mucho más complicado influir en el movimiento que domina la Franja de Gaza. Desde marzo, las actividades de Hamás en Egipto quedaron prohibidas, después de que un tribunal vinculara al grupo palestino con los Hermanos Musulmanes, considerados organización terrorista. “Las relaciones entre Egipto y Hamás son peores que durante la época de Mubarak”, señala la analista del Centro Carnegie Michele Dunne, quien descarta que El Cairo pueda asumir un papel preponderante en las negociaciones.

Desde Hamás aseguraron que nadie había negociado con ellos la propuesta de alto al fuego y varios de sus portavoces insistieron en que tampoco ofrecía ningún alivio para el bloqueo israelí ni avanzaba en la liberación de presos palestinos, acordada tras la entrega del soldado Gilad Shalit, quien estuvo secuestrado durante cinco años. El enviado especial del Cuarteto para Oriente Próximo, Tony Blair, y el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, apoyaron, no obstante, la iniciativa egipcia. Horas antes, la Liga Árabe también había respaldado la iniciativa presentada por el ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shukri. Y pese a que Israel reanudó los ataques al entender que Hamás había roto la tregua, desde El Cairo insistían en que los esfuerzos diplomáticos continuaban “para encontrar una solución que ponga fin al derramamiento de sangre de inocentes”.

“Más allá de la ideología, el papel geoestratégico de Egipto es determinante”, opina el profesor de ciencia política de la Universidad Americana de El Cairo Mohamed Soltan. “Hamás e Israel se niegan a negociar entre ellos, Estados Unidos no habla con Hamás ni los países árabes con Israel, por lo que una solución sólo puede pasar por Egipto”, añade. Ese país es aliado de Estados Unidos en la región después de los acuerdos de paz de Campo David con Israel ratificados en 1979.

Según Michele Dunne, la vuelta a esta tradicional alianza, que despertó el nerviosismo en Israel con el ascenso de los Hermanos Musulmanes, reduce el interés de Hamás hacia Egipto a una sola cosa: “La salida al mundo del bloqueo israelí a través de Rafah”. Antes del derrocamiento de Mursi, las tropas egipcias comenzaron a sellar los más de mil túneles que comunicaban el paso fronterizo de la Franja con Egipto, que está cerrado desde hace un año.

Egipto, a través del paso de Rafah, es la única salida que tienen los dos millones de habitantes de Gaza para escapar del bloqueo israelí. La propuesta de paz incluía, aunque sin entrar en detalles, la apertura de la frontera, cerrada desde hace algo más de un año. El envío de ayuda y la repatriación de heridos desde Gaza sólo se ha permitido puntualmente, como en un par de ocasiones la semana pasada.

Por Ismael Monzón / Especial de 'El País', El Cairo

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