Publicidad

El adiós del papa

Joseph Ratzinger se irá “al monte a rezar, como lo hizo Jesús”, después de su renuncia. Llueven críticas por un nuevo escándalo de curas gays en el Vaticano.

El Espectador
24 de febrero de 2013 - 09:00 p. m.
El adiós del papa

Benedicto XVI apareció por última vez desde la ventana apostólica de la Plaza de San Pedro para pronunciar su último ángelus ante alrededor de 200.000 fieles. Aprovechó la ocasión para explicar, una vez más, su histórica renuncia, que se hará oficial el próximo jueves, con una frase que es recurrente en los evangelios: “subir al monte” a rezar, como hacía Jesús.

El pontífice eligió para su último domingo de cuaresma un pasaje del evangelio de Lucas en el que se relata cómo Jesús se transfiguró mientras rezaba en una especie de retiro espiritual en el monte Tabor, junto a Pedro, Santiago y Juan.

“El Señor me llama a subir al monte, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación, pero eso no significa que vaya a abandonar la Iglesia”, afirmó el pontífice. Seguirá sirviendo, según él, “con la misma dedicación y el mismo amor con que lo he hecho hasta ahora, pero de un modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas”. Después de pronunciar su última audiencia general el próximo miércoles a las 10:30 de la mañana y oficializar su renuncia el jueves, Joseph Ratzinger será trasladado a un monasterio en las colinas de Roma.

La marea de creyentes despidió al papa con una ovación atronadora, algunos carteles que decían “Gracias, Santo Padre, te queremos y no te olvidaremos” y otros de quienes hacen campaña para la elección del próximo papa.

Pero los sectores más conservadores del Vaticano y los críticos de la Iglesia católica no ven una intención tan diáfana en la salida de Benedicto XVI. Interpretan su renuncia más bien como la huida ante los escándalos de pederastia clerical —que Ratzinger, sin embargo, tuvo que enfrentar y rechazar durante su pontificado— y las más recientes denuncias sobre sacerdotes homosexuales en el Vaticano.

Fue el diario La Repubblica el que publicó la semana pasada un reporte de “vatileaks” de 300 páginas, según el cual la renuncia del papa estuvo ligada al descubrimiento de una red de religiosos gays, algunos de los cuales estaban siendo chantajeados. Ratzinger, según el rotativo italiano, habría decidido renunciar el 17 de diciembre tras recibir un dossier compilado por tres cardenales asignados al caso de las filtraciones. 

El informe señala varios lugares en Roma y sus inmediaciones donde se reunían los curas y sus presuntos chantajistas. Se mencionan, entre otros, un salón de belleza, un chalé cerca de Roma y la residencia de un arzobispo. Diferentes medios han informado que en 2007, un sacerdote fue suspendido de la congregación después de que lo filmaron aparentemente haciendo propuestas sexuales a un joven. En 2010, una revista utilizó cámaras ocultas para grabar a sacerdotes visitando clubes gays y teniendo sexo en bares. El sábado, el arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan, fue destituido por proteger a clérigos católicos acusados de abusos sexuales en la arquidiócesis de Milwaukee.

En respuesta, el Vaticano acusó a los medios italianos de difundir información “dañina y falsa” para intentar influir a los cardenales. Desde que presentó su renuncia, Ratzinger ha llamado a acabar con la doble moral y la corrupción en la Iglesia. El Vaticano no condena a los homosexuales, pero enseña que el sexo gay es un desorden intrínseco. Benedicto XVI ha prohibido a los hombres gays sexualmente activos estudiar para el sacerdocio.

Cualquiera que sea el próximo papa, tendrá que cargar con el legado que ha dejado Ratzinger —quien ha afirmado que no influirá en la votación del cónclave para elegir al nuevo pontífice—. El saliente papa ha dicho que, para que la Iglesia siga activa en el mundo contemporáneo, tendrá que responder a sus asuntos más sensibles.

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar