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El desesperado intento de los refugiados por llegar al continente europeo

La desgarradora imagen de un niño sirio que yace muerto en la playa es solo una de las fotografías que reflejan el drama de la marea humana que huye de la guerra y el hambre, en lugares como Siria y Oriente Medio, en busca de refugio.

Daniela Franco García
03 de septiembre de 2015 - 01:26 p. m.
AFP
AFP

 Las olas arrastraron al pequeño, fueron estas mismas las que llevaron su cuerpo a las costas europeas; entonces fue hallado boca abajo, ya muerto. Dicen las autoridades que se trataba de Aylan Kurdi, un niño sirio de tres años que junto con su familia buscaba llegar a la isla griega de Kos, puerta de entrada de la Unión Europea. Ante la mirada atónita del mundo, la fotografía se convirtió en el fiel retrato del drama migratorio que viven cientos de personas que huyen de las balas, las explosiones y el hambre en lugares como Siria, África u Oriente Medio.

Un día después de hacerse pública esta imagen, el desgarrador álbum este jueves lo protagonizan otros cientos de refugiados. Colgados de las ventanas de un tren ya en movimiento, muchos se aferraron a la esperanza de poder llegar a lugares como Alemania, que ha hecho pública su voluntad de ayudar a los peticionarios de asilo. Incluso su ministra de Asuntos Sociales, Andrea Nahles, ya ha indicado que su país estaría buscando doblar la cantidad prevista para ayudas a los refugiados, hasta unos 7.000 millones de euros, ante la avalancha de peticionarios. (Vea aquí las fotografías del actual drama migratorio)

Fue este jueves que, después de dos días acampando en la monumental estación Keleti de Budapest, unos 300 refugiados pudieron abordar un tren con rumbo a la frontera occidental húngara con Austria. Aguardaban desde el lunes esta oportunidad, después de ese día se permitiera abordar libremente a los refugiados. No obstante, el martes el ingreso fue negado a cualquiera que no portara sus documentos para poder desplazarse por el espacio de libre circulación Schengen.

Pero la historia de estas personas, como la de muchos que terminan en situaciones como el naufragio, entre otras, no terminó como esperaban. Unos 40 kilómetros al este de Budapest la policía hizo bajar a los migrantes y los obligó a subir a los buses destinados a llevarlos a un campo de refugiados. Estos se resistieron vehementemente.

(Foto AFP)

‘Conmoverse no es suficiente’

La avalancha de refugiados ha empezado a alarmar cada vez más a algunos de los jefes de gobierno de los países miembro de la Unión Europea. Este mismo jueves el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, se refirió al drama migratorio que sacude a Europa, indicando que en esta batalla la región se “juega todo su prestigio”.
"Europa no debe sólo conmoverse. Debe moverse. (…)Hoy en día el problema es de todos, por eso lanzamos un llamamiento a ser razonables. La emergencia se puede administrar a condición de que se tenga una visión de conjunto europea, estratégica, sin caer en la demagogia”, indicó Renzi.

Por la misma vía se han pronunciado sectores como el partido español de izquierda ‘Podemos’, que enfáticamente criticó que haya mayor gasto destinado a proteger las fronteras que para las personas que hoy claman por asilo. "Europa ha gastado 1.208 millones en reforzar la frontera y unos 700 en la ayuda de los refugiados. Creo que a lo mejor si invirtiéramos estas cifras, si en lugar de gastar el dinero en poner muros y alambradas gastáramos en ayudar a la gente las cosas irían mejor”, señaló Pablo Iglesias, líder de dicho partido político.

“Un cementerio de migrantes”

Italia, Alemania y Francia firmaron recientemente una misiva en la que instan a que se replanteen las normas que rigen las peticiones de asilo en Europa. Los cancilleres de estos países apelan a la imagen del niño muerto en las costas europeas, a las fotografías de familias que con lágrimas en sus ojos claman por abordar un tren. Piden que se reparta el número de migrantes que llegan por el Mediterráneo y los Balcanes a todos los países de la Unión, pero muchos Estados se niegan de plano a ello. No es su obligación, aseguran.

De ahí, quizá, que personas como el presidente islamista conservador turco, Recep Tayyip Erdogan, señale que “los países europeos que transformaron el Mediterráneo en un cementerio de migrantes” y que estos “comparten la responsabilidad de cada refugiado muerto”.

Pero mientras muchos insisten en un consenso de la UE que permita poner fin a la tragedia migratoria, otros cientos de refugiados siguen aguardando por la “suerte” de abordar un tren que no sea detenido por las autoridades y les permita llegar a su destino. La marea humana de refugiados no se detiene. Según las más recientes cifras del gobierno griego, más de 230.000 refugiados e inmigrantes llegaron a Grecia, solo por vía marítima, desde principios de este año; unos 212 mil más que los contabilizados en el mismo periodo de 2014.

"Si imágenes tan potentes como la de un niño sirio muerto arrastrado por las olas no cambian la actitud de Europa frente a los refugiados. ¿Qué podría hacerlo?", se interroga el diario The Independent.

(El director de emergencias de la ONG Human Rights Watch, Peter Bouckaert, explicó que compartió la imagen en Twitter, pese a duro drama que retrata. "Algunos dicen que la foto es muy ofensiva para ser compartida en internet o publicada en los diarios. Pero a mí lo que me parece ofensivo es un niño ahogado que yace en la playa cuando se podría haber hecho más para prevenir su muerte", expresó./AFP)

 

 

dfranco@elespectador.com

Por Daniela Franco García

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