El Estado Islámico pierde uno de sus grandes bastiones: Ramadi, Irak

Tras una lucha de casi una semana, el ejército iraquí logró arrebatar la ciudad al grupo extremista. Con esta pérdida, el EI deberá repensar su estrategia. ¿Retrocede el califato?

Redacción Internacional (con información de EFE)
27 de diciembre de 2015 - 08:40 p. m.
Soldados iraquíes en el centro de Ramadi, tras la captura del barrio de Hoz, eje gubernamental de la ciudad. / AFP
Soldados iraquíes en el centro de Ramadi, tras la captura del barrio de Hoz, eje gubernamental de la ciudad. / AFP

Las fuerzas iraquíes recuperaron el control total del complejo gubernamental de Ramadi, situado en el centro de la ciudad, y levantaron la bandera nacional sobre el mismo, según informaron fuentes militares a la agencia EFE. Con este acto, es posible decir que Ramadi, capturada por los militantes del Estado Islámico en mayo de 2015, vuelve a las manos del gobierno nacional. Las fuerzas antiterroristas, apoyadas por unidades del Ejército, entraron en el conjunto de edificios desde tres direcciones y se enfrentaron a miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) que aún estaban en su interior. Luego de más de cinco días de enfrentamientos, en los que el ejército avanzó palmo a palmo hasta tomarse primero el centro de la ciudad y luego sitiar los edificios gubernamentales, el Estado Islámico (también llamado Daesh) pierde uno de sus bastiones esenciales (comprenda aquí qué es el Estado Islámico y a quiénes se enfrenta).

Ramadi era un punto de oro para los extremistas. Por entonces, el Estado Islámico comenzaba a avanzar sobre Siria e Irak y ya había declarado la creación de un califato, liderado por Abu Bakr al Baghdadi. La importancia de Ramadi estriba en su cercanía de Bagdad (está a poco más de 100 kilómetros), la capital iraquí que el Estado Islámico ha amenazado con invadir en varias ocasiones. En esta ocasión, la recuperación de Ramadi significa no sólo un golpe para las ambiciones territoriales del grupo yihadista (que este año sumó tierras en Afganistán pero perdió, según el estudio de la agencia de análisis IHS Jane’s 360, cerca del 14% de su territorio ocupado en Siria e Irak), sino también un espaldarazo a las tácticas de la coalición estadounidense y una limpieza de la imagen pública de las fuerzas iraquíes, que en 2014 fueron acusadas de cobardía por no haber resistido el ataque constante del Estado Islámico.

Justo esta semana, un mensaje de Al Baghdadi sugirió que el grupo —responsable, entre otros ataques, de los ataques en París en noviembre— ha enfrentado recientes divisiones y se ha visto obligado a realizar una “purificación” de sus filas. El analista militar y experto en grupos extremistas Amer al Yusuf dijo a Efe que el líder del Estado Islámico, contrario a su tono desafiante contra la coalición liderada por Estados Unidos —y que ha bombardeado sobre su territorio invadido desde agosto de 2014—, teme que la reciente unión de 34 países liderada por Arabia Saudita golpee a su organización. Dicha unión tiene la capacidad, en comparación con la de Estados Unidos, de atacar el problema desde la raíz: la religión.

La victoria sobre Ramadi es, pese a su importancia, un paso inicial para la resistencia contra el Estado Islámico. En sus manos continúan dos ciudades esenciales: Raqqa (Siria) y Mosul (Irak), consideradas las “capitales” del califato y donde el grupo ha impuesto la rígida ley islámica. De acuerdo con reportes de blogueros como Mosul Eye (un historiador anónimo que vive en la zona), existen grupos de resistencia al Estado Islámico con una influencia cada vez mayor. En Raqqa, grupos como Raqqa is Being Slaughtered Silently (Raqqa está siendo asesinada en silencio) se han preocupado por llevar la contabilidad del horror: delitos contra la libertad de expresión, asesinatos de civiles y homosexuales, torturas públicas.

¿Qué sucede ahora en Ramadi?

Las operaciones en Ramadi no han terminado. Las tropas gubernamentales están desactivando los artefactos explosivos que fueron plantados por los extremistas en el complejo para dificultar su toma. Las fuerzas iraquíes, apoyadas por la aviación nacional y de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, han tardado varios días en hacerse con el control de ese complejo, que alberga las principales sedes administrativas, entre ellas la de la Gobernación provincial de Al Anbar, de la que Ramadi es capital.

Por otra parte, el Ejército anunció que las tropas continúan avanzando dentro de Ramadi y tomaron la plaza de Albufarash, de donde expulsaron a los yihadistas y sobre la que levantaron la bandera iraquí.

Asimismo, fueron reconquistadas varias zonas en el centro de la ciudad, así como la presa, en el marco de la operación para liberar el núcleo de la urbe, lanzada la semana pasada por Bagdad. Ayer, las fuerzas iraquíes tomaron el control del céntrico barrio de Al Huz y de un importante puente sobre el río Éufrates que lleva al centro de la ciudad.
 

Por Redacción Internacional (con información de EFE)

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