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El hombre que debe reunir el voto antifujimori

Pedro Pablo Kuczynski, de 77 años, tiene posibilidades de llegar a la Presidencia si suma los votos contra Fujimori y abre una opción a los electores del Sur, que se fueron hacia la izquierda.

Redacción Mundo
12 de abril de 2016 - 04:15 a. m.

Pedro Pablo Kuczynski celebró el domingo en la noche el segundo puesto en las elecciones presidenciales de Perú, pero al mismo tiempo pidió mesura: su contrincante, Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, le lleva una ventaja de casi 17 puntos. Kuczynski recordó que, a pesar de sus 77 años, todavía le queda vida y que luchará por la Presidencia, que ha anhelado desde su primera candidatura en 2011.

Sus posibilidades de ganar están relacionadas con las variables que esté determinado a combinar. Antes de que se confirmara su segundo lugar, la analista Fátima Toche dijo en el diario Perú 21 que “si se oficializa el paso a segunda vuelta de Pedro Pablo Kuczynski, hay que tener en cuenta que el único departamento que ganó su partido ha sido Arequipa. El Sur no está de su lado —incluyendo ese Ayacucho donde el terror golpeó tan fuerte— y esa es una voz que deberán escuchar atentamente”. El Sur, donde se encuentran proyectos de inversión minera, quedó en manos de candidatos con una voz muy distinta a la derecha peruana, como Verónika Mendoza, que ocupó el tercer lugar en las generales.

Eso quiere decir que, por un lado, Kuczynski está obligado a someter a examen su política económica (que impulsa la inversión privada) para abrir paso a una línea más abierta o, por lo menos, más atenta al disgusto social por el impacto de proyectos de este tipo. Este voto podría resumirse en la frase de una de las seguidoras de Mendoza, registrada por El País de España: “Voy a votar a Verónika porque es ella la que va a defender mejor al pueblo”. Kuczynski, que vive en el barrio San Isidro, uno de los más caros de Lima, tendrá que acudir al método de campaña de su contrincante: paso a paso por los campos de Perú.

El otro rubro electoral que podría aprovechar es el del antifujimorismo. Está visto que, aunque Keiko Fujimori obtuvo 39,46 % de los votos, una parte de la población llama a la resistencia contra ese apellido, que tiene una historia de triunfos, pero sobre todo señala una intensa decepción. El profesor Fernando Tuesta Soldevilla escribió en el diario El Comercio: “Keiko Fujimori tiene mayor posibilidad de ganar, pero si PPK sabe encauzar el antifujimorismo puede también ganar. En cualquier caso, toda segunda vuelta desata una inevitable polarización. Esta no será distinta”.

La primera vuelta fue una suerte de laboratorio para esa estrategia. De acuerdo con Perú 21, numerosos ciudadanos dieron su voto por Kuczynski por rechazo a Fujimori y por miedo a Mendoza, cuyas políticas han sido criticadas por radicales y poco funcionales. El voto por Fujimori resalta, también, que los peruanos prefieren continuar con una línea política de derecha: como moderado, Kuczynski tendría la oportunidad de apelar a una base de votantes que le reconocen ciertos éxitos cuando fue ministro de Economía durante el gobierno de Alejandro Toledo.

De allí que Kuczynski pueda convertirse en el candidato de aquellos que votaron por Mendoza si, de nuevo, replantea su programa político para incluir a una izquierda que, ya con una bancada firme en el Congreso, puede serle útil en el futuro. Lo mismo sucedió en Colombia durante las últimas elecciones presidenciales: a pesar de que el modelo de Santos no era del agrado de muchos, decidieron votar por él en segunda vuelta porque la otra opción, Óscar Iván Zuluaga (tan ligada a Álvaro Uribe), les resultaba ilegítima. La remembranza podría definir el ajedrez político de Kuczynski.

El candidato del PPK está obligado, de cualquier modo, a fomentar una base electoral por fuera de sus aliados tradicionales. De ganar la Presidencia, Kuczynski tendrá que enfrentarse igual a un Congreso dominado por el fujimorismo, luego de que, según resultados parciales, el movimiento Fuerza Popular (en cabeza de Fujimori) ganara 68 escaños sobre 130. Es decir, el fujimorismo tendrá, sea como sea, una mayoría en el Congreso que podría obstaculizar su carrera presidencial. Aliados de izquierda y de centro serían esenciales para pasar cualquier proyecto de ley y, en últimas, para demostrar que, después de cuatro elecciones democráticas en seguidilla, sin el fantasma de un golpe de Estado, Perú por fin puede hablar de reconciliación y diversidad política.

Estas elecciones han demostrado también que la figura del caudillo sigue atrayendo a los electores. Más que las ideologías, es el espíritu de sus candidatos y de su campaña lo que ha permitido que Kuczynski se enfrente a una candidata que ha criado su base electoral desde su derrota en 2011. Kuczynski tendrá que sugerir el cambio en un país que le tiene miedo al cambio.

Por Redacción Mundo

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