Dentro de seis meses a un año, según las cuentas del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, regresará la normalidad a la frontera con Colombia. Que sea antes o después dependerá de las reuniones temáticas que se iniciaron ayer en Caracas entre ministros de ambos países. “Mientras tanto, no voy a aflojar ni un centímetro en apretar la mano contra el contrabando, contra los delincuentes y los paramilitares”, señaló el mandatario, justo horas antes de que las comisiones de ministros de ambos países, encabezadas por la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, y su par colombiana, María Ángela Holguín, se reunieran para comenzar el proceso.
La cita se concentró en acciones para enfrentar el ataque a la moneda venezolana y combatir el narcotráfico y el paramilitarismo. Según explicó Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, el gobierno de Maduro quiere que Colombia controle el fenómeno de “raspar tarjeta” que se da en las casas de cambio de Cúcuta. “Esto consiste en pasar los cupos asignados por el oficialismo para tarjetas de crédito a los turistas venezolanos como si estuvieran en otro país —particularmente Panamá—”.
Las comisiones ministeriales también evaluaron una propuesta que presentó Venezuela para la venta de combustible en la frontera y que consiste en “vender a un precio especial al taxista, trabajador, hombre humilde”, según fuentes de la Cancillería venezolana.
Maduro insistió en que durante la cita binacional en Quito se llegó a la necesidad de hacer esfuerzos conjuntos para construir una nueva frontera. “Con ayuda de Ecuador se elaboró un cronograma para empezar a estudiar los pasos a seguir (...), para encontrar un punto de equilibrio entre los dos modelos”.
Hablaba del plan fronterizo aplicado entre Colombia y Ecuador desde hace poco más de cuatro años, el cual no sólo ha mejorado la situación de la población de la zona sino que ayudó a superar los problemas de la relación binacional. Según funcionarios presentes en la cita de Quito, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, propuso aplicar ese modelo “exitoso” con Venezuela, un tema que aceptaron los dos gobiernos.
En entrevista con El Espectador, el embajador de Ecuador en Bogotá, Raúl Vallejo, recordó que “Ecuador y Colombia tenían cortadas las relaciones diplomáticas en 2008. Comenzamos un proceso de sanación de las heridas y de recomposición de las relaciones, algo que no es a corto plazo, pero que por medio de gabinetes binacionales ha dado resultados. Por nuestra frontera también hay tráfico de armas y combustibles, pero se controlan y combaten. Estos mecanismos que implementamos no tienen copyright, se pueden copiar”.
Vallejo explicó que se llevan a cabo acciones coordinadas entre las dos fuerzas armadas y la policía para combatir grupos ilegales y el tráfico de drogas y destruir laboratorios. Incluso la cooperación en temas sociales, energéticos y de infraestructura se hace a través de reuniones permanentes de comisiones creadas entre los dos países. “Hemos resuelto de manera conjunta con Colombia el asentamiento de grupos armados ilegales, con un trabajo coordinado. Si eso se puede hacer de un lado, también se puede hacer del otro”, explicó Vallejo.
Mientras se comenzaba el proceso con Venezuela, el gobierno de ese país anunció que está estudiando la propuesta de la Asociación de Colombianas y Colombianos en Venezuela, que planteó la creación de un plan retorno que extienda la atención social por parte del gobierno venezolano a aquellos ciudadanos que deseen regresar de forma voluntaria. “Se acerca el retorno”, concluyó Maduro.