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El sangriento precio de la guerra

Con la victoria de Bashar al Asad en la controvertida elección presidencial, las esperanzas del fin del conflicto parecen alejarse más.

Álvaro Corzo V.
07 de junio de 2014 - 03:23 a. m.
Niños sirios en el vencindario Bab Amr en Homs, una de las ciudades más destruídas por los bombardeos del ejército sirio.   / AFP
Niños sirios en el vencindario Bab Amr en Homs, una de las ciudades más destruídas por los bombardeos del ejército sirio. / AFP
Foto: AFP - JOSEPH EID

La sangrienta y prolongada guerra civil en Siria, que les ha costado la vida a cerca de 150.000 personas, ha dejado 6,5 millones de desplazados y tres millones de exiliados, tiene a la economía del país severamente fracturada. Así lo confirma el más reciente estudio del Centro de Estudios Políticos de Siria (SCPR), en trabajo conjunto con la ONU. El reporte “Squandering Humanity” confirma que el precio de los últimos 39 meses de conflicto armado se eleva a los 143.800 millones de dólares, acompañado de una deuda publica que sobrepasa en un 126% el PIB del país, el cual tiene a tres de cada cuatro de sus habitantes viviendo en la pobreza, 53,4% de ellos sumidos en la miseria.

Ante la victoria de Bashar al Asad en la controvertida elección presidencial, calificada por la comunidad internacional como ilegítima, las esperanzas del fin del conflicto parecen alejarse una vez más. Para saber del presente y el futuro de Siria, Alex Pollock, investigador que lideró el estudio, habló desde Damasco con El Espectador.

 

Siria ha retrocedido en su desarrollo económico más de cuatro décadas durante esta guerra civil, asegura el estudio. ¿Cómo entender este fenómeno?

Según los indicadores del Índice de Desarrollo Humano de la ONU (HDI), como el ingreso familiar, el nivel educativo y acceso al sistema de salud, este retroceso es marcado en este país. La pobreza alcanza al 75% de la población con la reducción del ingreso familiar a más de la mitad; por su parte, solo el 52% de los jóvenes y niños sirios tienen acceso a la educación y para completar, la infraestructura del sistema de salud (hospitales, centros de salud, etc.) ha sido destruida en un 66%. La combinación de estos factores ha causado este retroceso.

¿Cuál ha sido el sector más devastado durante la guerra?

Absolutamente todos. Sin embargo, hay unos peores que otros. Por ejemplo, la producción agrícola ha disminuido en 119 mil millones de dólares en los últimos tres años, lo que representa una caída del 25% del PIB sirio solo por este rubro. Las pérdidas en infraestructura y valores de capital llegan al orden aproximado de los 64.800 millones de dólares. Esto por no hablar del sector financiero, el cual vive una de las contracciones más grandes que se han visto desde los años 60 en el mundo entero.

¿Cuál es el costo social de esta catástrofe económica?

El daño social es multidimensional y afecta cada área de los habitantes de Siria. Desde el desempleo, con el 53,6% de la población sin trabajo. Una inflación por el cielo que ha aumentado el precio de los alimentos básicos en 275%. Este se ha convertido en un país donde el hambre, la malnutrición y la hambruna hacen de la supervivencia la única consigna para gran parte de la población. Por su parte y con más de 6,5 millones de desplazados dentro y fuera de su geografía, Siria tiene hoy en día la mayor población de refugiados en el mundo entero.

Todo apunta a que las cosas no cambiarán en el corto plazo...

Eso depende de cuanto más se prolongue el conflicto. Las consecuencias fiscales serán enormes. Para la juventud el panorama es aún más oscuro: en medio del desempleo y la pobreza, y sin acceso, ni la infraestructura mínima de educación secundaria y superior, la marginalización de esta generación está casi asegurada. Basta con señalar que en los últimos tres años se han destruido o afectado más de 4.000 sedes educativas en todo el país, debido a los enfrentamientos militares.

¿Que ha hecho el régimen de Al Asad para contrarrestar esta situación?

Básicamente endeudarse para importar petróleo, alimentos y productos básicos con el fin de aliviar el fuerte desabastecimiento de los mercados en todo el país. Estrategia que solo ha aumentado en estos tres años su deuda publica en 126% de su producto interno bruto.

¿Dónde radica la esperanza para Siria?

Sin duda en su capital humano. De no ocurrir una oleada masiva de personas que abandonen el país, habrá esperanza. Siria tiene trabajadores calificados, técnicos y profesionales, empresarios y ejecutivos que de permanecer en el país emprenderán sin duda su reconstrucción económica. La paz, sin importar quién esté en el poder, será la única que pueda traer el progreso de vuelta.

 

acorzo19@gmail.com

 

Por Álvaro Corzo V.

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