El tortuoso camino del refugio

 

Este es el país que más refugiados recibe, 1,6 millones, buena parte de ellos provenientes de Siria, un país en conflicto desde 2011 cuando las fuerzas rebeldes intentaron derrocar al actual presidente, Bashar Al Asad. Al conflicto se ha sumado hoy el Estado Islámico. Casi 4 millones de personas han sido desplazadas de Siria (para finales de 2014), el país que encabeza la lista de desplazados, seguido de Afganistán y Somalia. Los sirios también se han refugiado en el Líbano (1,15 millones), Jordania (623.100), Irak (234.200)y Egipto (138.400). Los desplazados sirios  han sido recibidos igualmente en países como Uruguay y Alemania, donde existen programas de refugio manejados por los gobiernos. 

 

 

Cerca de 2,6 millones de afganos se encuentran refugiados, sobre todo, en dos países, Paquistán (1,5 millones) e Irán (950.000). En ambos países, cerca de 2 millones están indocumentados, lo que les prohíbe el acceso a servicios públicos de calidad. Su situación, en comparación con el resto de desplazados es distinta: han sido refugiados, muchos de ellos, por más de tres décadas. Ese refugio sostenido ha sido producido, según Acnur, por la falta de oportunidades en su lugar de origen y la falta de garantías para una reintegración sostenible. El traspaso al poder democrático en 2014, según Acnur, “ofrece una oportunidad sin precedentes de buscar soluciones duraderas” en el conflicto social de Afganistán y abrir el espectro a su numerosa población joven.       

 

 

El borde que Italia comparte con Francia y su cercanía con Libia (en pleno conflicto por el poder y con medidas fronterizas débiles) a través del Mediterráneo, han permitido el paso de más de 200.000 inmigrantes hacia  su territorio. Desplazados de Sudán del Sur (en total 700.000) y Sudán (800.000), dos países con conflictos por el petróleo y el poder político, terminan en sus costas, así como habitantes de Eritrea, República Democrática del Congo y República Centroafricana. La ONU pidió a Europa “mantener sus .fronteras abiertas”.

 

 

En Burundi, el presidente a cargo, Pierre Nkurunziza, quiere reelegirse para un tercer período y un grupo de ciudadanos y opositores ha protestado (incluso hubo un intento de golpe de Estado) en contra de esa pretensión. Ese conflicto ha producido más de 100.000 desplazados, buena parte de ellos refugiados en Tanzania, Ruanda y el Congo. En el desplazamiento, han tenido que enfrentar problemas de malnutrición y carencia de servicios básicos. Otros países vecinos están dispuestos a recibirlos.