El gobierno español expulsó a dos diplomáticos rusos por "actividades incompatibles con sus estatus" y Rusia replicó expulsando a dos diplomáticos españoles, anunció el martes el ministerio español de Relaciones Exteriores.
"El gobierno español invitó hace aproximadamente un mes a salir a dos diplomáticos rusos, acreditados en España por realizar actividades incompatibles con sus estatus", dijo el comunicado de la cancillería española.
"Como es natural en estos casos, Rusia ha actuado con reciprocidad, haciendo salir a dos homólogos", agregó el comunicado. "Ambos gobiernos consideran que este incidente está superado y están trabajando para completar las delegaciones lo antes posible", agregó el comunicado.
"Se mantiene todo el programa de actividad del año España-Rusia, incluida la visita de la ministra a Moscú el próximo 17 de enero", señaló la cancillería.
También se mantienen todos los intercambios culturales previstos entre España y Rusia para el año 2011, subrayó Madrid. El País anunció este martes esta serie de expulsiones, afirmando que los dos secretarios de la embajada rusa habían sido expulsados a petición del servicio de inteligencia español, el CNI.
"El CNI presentó pruebas contundentes", escribió El País. El diario cita una fuente cercana a Jiménez, según la cual "el asunto era de envergadura".
Para El País, la réplica de Moscú ha sido "dura" puesto que uno de los dos diplomáticos españoles expulsados estaba acreditado como consejero de la embajada, grado superior al de secretario.
Pero la diplomacia española insistió este martes en el hecho de que las dos series de expulsiones son equivalentes, puesto que el consejero español expulsado de Moscú tiene de hecho el nivel de secretario de embajada.
El más grave precedente en las relaciones diplomáticas entre España y Rusia se remonta a 2007 cuando fue detenido un agente del CNI, Roberto Flores García, acusado de haber intentado vender información a los servicios de inteligencia rusos, aunque este episodio no llevó a ninguna expulsión diplomática.
Flores García fue condenado, tras una apelación, la semana pasada por el Tribunal Supremo español a 9 años de cárcel después que hubiera sido condenado a doce años en primera instancia por traición.