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Espiados en Londres

El diario británico ‘The Guardian’ reportó cómo las delegaciones participantes de la cumbre del G-20, en 2009, fueron intervenidas por el Reino Unido para obtener información en un contexto de crisis económica.

Redacción Internacional
17 de junio de 2013 - 10:00 p. m.
Gordon Brown era el primer ministro del Reino Unido cuando la operación de espionaje al  G-20 fue llevada a cabo. / Reuters
Gordon Brown era el primer ministro del Reino Unido cuando la operación de espionaje al G-20 fue llevada a cabo. / Reuters
Foto: REUTERS - Stefan Wermuth

Edward Snowden ya está siendo investigado por el FIB, en Estados Unidos, pero sus revelaciones ahora llegan hasta el Reino Unido. Después de filtrar documentos obtenidos durante su servicio para la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), dirigida desde la Casa Blanca, el diario británico The Guardian publicó una nueva revelación que vincula a la NSA con una operación de espionaje adelantada por las autoridades del Reino Unido durante la cumbre del G-20 de 2009, realizada en Londres.

Snowden, quien permanece en Hong Kong, había anticipado en una entrevista a South China Morning Post que tenía en su poder más información sobre las prácticas de espionaje de Estados Unidos, luego que The Guardian y The Washington Post publicaran un informe sobre la recopilación, por parte de la inteligencia norteamericana, de datos de usuarios de grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Google y Facebook.

En esta oportunidad la revelación resulta incómoda, pues coincide con la cumbre del G-8 que se realiza en Irlanda del Norte y donde el primer ministro británico, David Cameron, es anfitrión. Aunque para entonces quien ocupaba su cargo era Gordon Brown, es Cameron quien hoy tiene que poner la cara a las delegaciones participantes de la reunión, cuyos miembros quizá se pregunten si están siendo espiados, como sucedió en 2009 con el G-20.

El informe del diario británico documenta que no sólo fueron intervenidos los teléfonos de las delaciones, sino que también el registro de correos electrónicos formó parte de la operación, con cafés internet ficticios para obtener contraseñas y todo tipo de datos enviados y recibidos. La coordinación del operativo estuvo a cargo de Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ).

The Guardian tuvo acceso al informe del GCHQ, en el que se evidencia que dado el momento histórico —ya comenzaba a manifestarse la crisis económica europea— Londres buscaba aventajar a las demás delegaciones a la hora de generar un acuerdo de eventuales soluciones. El documento dice textualmente: “Tiene el empeño de aprovechar la reunión para progresar hacia dos objetivos: coordinar la recuperación económica mundial y acordar una forma de reforzar la gobernanza económica mundial. La intención del GCHQ es garantizar que las informaciones relevantes para los propósitos del Gobierno de Su Majestad durante su presidencia del G-20 lleguen a sus clientes en el momento oportuno y de manera que les permita sacarles el máximo provecho”.

El diario británico sugiere que para esta operación, el GCGHQ contó con el soporte de la NSA, pero el primer ministro David Cameron no quiso referirse al tema durante el primer día de la cumbre del G-8.

 

Por Redacción Internacional

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