María Claudia Lutz era una colombiana de 43 años que trabajaba como voluntaria en la escuela católica de Santa Lucía en, Sídney, Australia. Este lunes, ella y sus dos hijos, quienes estudiaban allí, no se presentaron al colegio. Los compañeros de trabajo de Lutz avisaron a la policía.
Dos uniformados llegaron a las 11:20 de la mañana, hora australiana, a la casa ubicada en la calle Sir Thomas Mitchell del barrio Davidson, en donde había vivido María Claudia junto a su familia desde el 2005. Cuando entraron, encontraron los cuerpos sin vida de Lutz, de su esposo Fernando Manrique, de su hija de Elisa de 11, de Martín de 10 y el del perro de la familia.
La policía no ha podido encontrar testigos de los hechos o alguna señal que les ayude a aclarar el caso. Por la circunstancias de los hechos, los medios locales tienen la teoría que pudo tratarse de un suicido-homicidio. Sin embargo, Dave Darcy, comandante de policía del área en donde sucedió la tragedia dijo que quería mantener todas las opciones abiertas y aclaró que tras una conversación con los investigadores acordaron que es demasiado temprano para llegar a una conclusión.
Fernando Manrique fue director de una compañía de logística durante cuatro años. María Claudia Lutz trabajaba en la escuela donde sus hijos estudiaban y era muy querida por la comunidad. “Desde su llegada a Australia habían hecho una contribución muy significativa a la forma en como vivíamos”, dijo Darcy.
Los dos hijos de la familia tenían autismo. Warren Hopley, director de la escuela Santa Lucía, dijo: “Era una familia excepcional. Llevaban en la escuela seis años. Eran dos niños hermosos. Y la mamá era muy activa en el colegio, casi la piedra angular en muchos sentidos”.
Los vecinos de la zona están muy impactados y conmovidos con lo sucedido. Por ahora las autoridades tratan de esclarecer los hechos y de ponerse en contacto con la familia de los fallecidos que, al parecer, viven en distintos lugares del mundo.