El Ministerio de Exteriores francés declaró que no es recomendable que los periodistas galos vayan a Siria, donde el miércoles murió el reportero Gilles Jacquier, al mismo tiempo que exigió a Damasco que garantice la seguridad de los profesionales de la prensa extranjera en el país.
"No recomendamos a los periodistas franceses ir a Siria", señaló en conferencia de prensa un portavoz del Ministerio, al ser preguntado sobre las coberturas informativas en las actuales condiciones.
El portavoz pidió "prudencia" a los reporteros que actualmente se encuentren en Siria y reiteró la necesidad de que el régimen de Bachar el Asad garantice la libertad de expresión y la seguridad de la prensa.
También exigió que se cumplan todas las condiciones para que la investigación sobre la muerte de Jacquier, abatido por un obús en la ciudad de Homs sea "transparente, clara e independiente" para que "se haga toda la luz sobre este drama".
El portavoz indicó que las autoridades sirias no se han puesto en contacto con las francesas para informarles de su investigación.
La Justicia francesa abrió por su parte, una investigación por "homicidio voluntario" para esclarecer las condiciones de la muerte del reportero, tras la denuncia presentada ante la Fiscalía de París por la cadena de televisión pública "France 2" para la que trabajaba Jacquier.
Tanto "France 2" como el Palacio del Elíseo (sede de la presidencia francesa) han manifestado sus sospechas sobre una posible encerrona por parte del régimen de Damasco al grupo de periodistas occidentales en el que estaba Jacquier cuando murió, y que cubría una marcha en favor de Asad en Homs cuando recibió tiros de obús.
Una fuente próxima al presidente francés, Nicolas Sarkozy, citada por el diario "Le Figaro" habló incluso de "manipulación" sin poder, sin embargo, presentar pruebas por el momento.