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“Glifosato puede causar cáncer”: OMS

Monsanto, productor del herbicida, dice que el reporte es irresponsable y mentiroso. Pide una retractación de la Agencia Internacional para el Estudio del Cáncer (IRAC), una de las más respetas del mundo científico.

Álvaro Corzo V.
15 de abril de 2015 - 03:13 a. m.
Un avión fumiga narcocultivos en el departamento del Putumayo. Esta imagen fue captada en 2007.  / EFE
Un avión fumiga narcocultivos en el departamento del Putumayo. Esta imagen fue captada en 2007. / EFE
Foto: (EPA) EFE

No hay duda de que el reporte es preocupante: el glifosato es el herbicida agrícola más utilizado en el mundo entero, tan sólo en 2014 se usaron más de 65 millones de libras en todo el planeta. Por no hablar de Colombia, donde se ha rociado por vía aérea durante décadas para combatir los cultivos de coca, así como para fumigar cultivos transgénicos de soya, maíz y algodón inmunes al potente herbicida, conocido como Round-up.
 
El reporte fue revelado esta semana en Francia por parte de la Agencia Internacional para el Estudio del Cáncer (IRAC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Lyon. Después de un riguroso estudio de un año se concluyó reclasificar al glifosato como una sustancia tipo 2A, es decir, aquella que puede causar cáncer a los humanos, luego de que se encontrara una relación directa de este herbicida con el linfoma non hodgkin, cáncer del sistema linfático.
 
Para hablar de este polémico reporte, que tiene con los pelos de punta a la industria bioagrícola en Estados Unidos, en especial a Monsanto, productor del glifosato, así como a miles de ambientalistas y epidemiólogos en todo el mundo, hablamos con la toxicóloga Ph.D. Kate Z. Guyton, directora del equipo de investigación que lideró el reporte.
 
¿Por qué este reporte es tan diferente a todos los demás que se han realizado en el pasado?
Nosotros somos parte de la Organización Mundial de la Salud. No somos, ni mucho menos tenemos algún vínculo con agencias regulatorias gubernamentales, sean en Estados Unidos, la Unión Europea o ninguna otra parte. Tampoco somos un grupo de investigadores independientes, somos un comité rector compuesto de expertos internacionales que califica, luego de revisar y cotejar todos los estudios que existan sobre un químico y sus agentes, si éstos causan o no cáncer en humanos y animales. 
 
¿Y qué fue exactamente lo que encontraron?
En el glifosato encontramos evidencia de propiedades cancerígenas. Los estudios, tres de ellos a campesinos y trabajadores en contacto con glifosato en Estados Unidos, Canadá y Suecia, confirman su relación con el linfoma non hodgkin. No obstante, esta evidencia es limitada, lo que quiere decir que aún no existe el volumen de evidencia necesario para concluir de forma distinta. Por esto lo clasificamos como sustancia tipo 2A. Por su parte, la evidencia de genotoxicidad en animales de laboratorio fue comprobada suficientemente.
 
¿A que se refiere con genotoxicidad?
Genotoxicidad se refiere al daño genético causado por un químico o uno de sus agentes al ADN y cromosomas de una persona o animal, propiedad cancerígena. Al igual que el estrés de oxígeno, otra propiedad encontrada de forma limitada en el glifosato que causa la reducción del nivel de oxígeno en las células reduciendo la producción de enzimas y protectores bioquímicos a nivel celular.
 
El glifosato es el herbicida más usado en el mundo entero... 
El aumento masivo de su uso a nivel mundial tiene que seguir siendo un tema de estricto cuidado. Los científicos damos nuestro concepto,  los organismos reguladores de cada país deben restringir o supervisar estas sustancias. Hasta ahora no había el número necesario de estudios, con su evidencia científica, para calificarlo como cancerígeno o no.
 
Apenas se publicó el informe Robb Fraley, director de biotecnología de Monsanto, salió a decir que este era un estudio polarizado, lleno de intereses. ¿Cómo responde a estas acusaciones?
Sólo basta mirar nuestro equipo de trabajo: está compuesto por 11 de los más prestigiosos científicos del mundo, quienes tuvieron que pasar un estricto chequeo de conflicto de intereses con todo tipo de actores de la agroindustria, agentes reguladores e instituciones académicas para poder ser parte del equipo rector. La Agencia Internacional para el Estudio del Cáncer es un órgano de gran trayectoria, al cual nunca se le ha puesto en duda su idoneidad. 
 
Monsanto está pidiendo que se retracten y que se sienten a conversar. ¿Ve esto posible?
En absoluto, los científicos de Monsanto tuvieron acceso a nuestra metodología y demás partes operativas del estudio. Es más, durante ocho días nos visitó acá en Lyon un miembro de su equipo científico para ver de primera mano lo que estábamos haciendo.
 
¿Fue entonces el resultado del estudio el problema?
Por supuesto. Como le digo, nosotros somos científicos, no somos una entidad regulatoria. Estamos trabajando el texto final del reporte, el cual contendrá más de 400 páginas de información sobre todas las pruebas, estudios y demás procesos relacionados con esta investigación. A pesar de que Monsanto introdujo el glifosato al mercado mundial como herbicida en 1974, fue hasta 1996 cuando sus ventas se dispararon cuando logró modificar genéticamente semillas del maíz, soya, canola y algodón para que fueran resistentes a este herbicida. El año pasado Monsanto vendió US$994 millones de Round-up.
 
* * * 
 
“En la actualidad, el 80% del maíz sembrado en el mundo y el 70% de la soya que se cultiva es transgénico. Tan sólo en Estados Unidos el 75% de las comidas procesadas contienen ingredientes provenientes de semillas modificadas genéticamente, en su mayoría fumigadas con Round-up”, explica la bióloga Ph.D. Emily Márquez, investigadora del Pesticide Action Network con sede en Oakland, California.
 
Un estudio de 2011, del Geological Survey, encontró glifosato en un 86% de las muestras de aire y en un 77% de la muestras de lluvia en áreas agrícolas en Misisipi y Iowa. “Como estos son varios los estudios que confirman que el glifosato sigue en aumento en el medio ambiente debido al incremento de su uso. Tan sólo de 2006 a 2011 se usaron 527 millones de libras de este herbicida en todo el mundo”, concluye.
 
Colombia ha sido uno de los únicos países en el mundo que lo ha utilizado para erradicar cultivos ilícitos por medio de aspersión aérea. Desde 2003 se han fumigado alrededor de 1’345.007 hectáreas en todo el país por un costo de $5,4 billones.
 
Aunque diferentes estudios en Colombia dan cuenta de los impactos negativos en la población expuesta a las fumigaciones, su uso en nuestro país ha aumentado con la llegada de semillas transgénicas de algodón, maíz y soya que requieren del glifosato para poder crecer, algo que no ocurría de forma tan numerosa antes de la entrada en vigencia del tratado de libre comercio con Estados Unidos.
 
Por su parte, se acaba de publicar otro informe, este de la agencia de control del gobierno alemán, el cual  concluye que el glifosato no presenta ningún riesgo de cáncer en humanos, contradiciendo totalmente el reporte de la OMS. Para Dave Murphy, director ejecutivo de Food Democracy Now, organización defensora de la seguridad alimenticia en Estados Unidos la cercanía del estudio alemán no deja de despertar sospechas de una práctica que asegura ha sido el común denominador de esta guerra de desinformación. “Cada vez que sale un nuevo estudio que relaciona al glifosato o cultivos genéticamente modificados con daños ambientales o enfermedades humanas salen dos o tres estudios más a desprestigiarlo”, explica al recalcar la importancia de este informe, el cual no es uno más, sino el compendio de todos los estudios realizados en el pasado. “Es hora de presionar a nuestros políticos, sea en Estados Unidos, Colombia o la Unión Europea, sobre la necesidad de regular estrictamente el uso de este herbicida”, concluye.
 
En medio de la controversia por el informe publicado por la OMS en la revista especializada Oncología Lancet, donde también se calificaron los insecticidas Diazinon y Malation como probablemente cancerígenos para los humanos, se volvió a presentar esta semana en el Congreso de Estados Unidos el Pompeo Bill, proyecto de ley que prohíbe a los estados de la unión prohibir la etiquetación de productos y alimentos genéticamente modificados o GMO, por su sigla en inglés.

Por Álvaro Corzo V.

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