Gobierno boliviano accede a dialogar con policías amotinados

El ministro del interior, Carlos Romero, se mostró dispuesto a discutir la exigencias de los uniformados.

El Espectador
22 de junio de 2012 - 03:49 p. m.

Después de los saqueos a la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) producto de un amotinamiento de los bajos rangos de la Policía boliviana, el gobierno de Evo morales mostró su disposición para dialogar y discutir sus exigencias. El ministro del Interior, Carlos Romero, comunicó a los uniformados que el Ejecutivo tiene intenciones de incrementar los salarios de la institución y “dialogar para encontrar soluciones”.

Es el primer paso para bajar los ánimos de cerca de 20 unidades policiales de todo el país, que el viernes decidieron saltar a las calles para exigir un aumento salarial, un plan de jubilación para efectivos de bajo rango que cubra el 100% de sus ingresos y la anulación de una ley que le impide expresar sus opiniones públicamente.     

Romero expresó que el Gobierno está en disposición de tratar todos estos temas de manera abierta: "El camino para seguir trabajando estos requerimientos no es el camino de la presión, no es el camino de los destrozos de los bienes públicos (…) el canal de comunicación está abierto (…) "la voluntad y predisposición del gobierno se mantienen de manera inalterable y nuestra disposición a dialogar va a continuar".

Durante la mañana,  agentes vestidos de civil saquearon este viernes unas oficinas de la DNI, a una cuadra del presidencial Palacio Quemado.

Los uniformados ingresaron por la fuerza la las instalaciones, donde también se halla el Tribunal Disciplinario de la Policía, a una cuadra de la plaza de Armas, donde lanzaron estribillos contra la cúpula de la institución y el gobierno de Evo Morales."¡Motín, motín, motín policial!", gritaron los uniformados, quienes del lugar sacaron principalmente documentos y los quemaron en las afueras.

Otra unidad policial, la Unidad Polivalentes y que colinda con la Dirección Nacional de Inteligencia y el Tribunal Disciplinario, también estaba amotinada y desde los techos se podía observar a uniformados con armas que saludan la acción de sus camaradas. "¡No tenemos miedo carajo, no tenemos miedo carajo!" gritaban los policías.

El presidencial palacio Quemado permaneció cerrado y en su interior se encontraba el presidente Evo Morales.

Las oficinas presidenciales permanecen bajo vigilancia de militares fuertamente armados desde el jueves, cuando se inició la protesta de la policía.

Los policías reclaman un salario mínimo de 2.000 bolivianos (unos 287 dólares y casi el 70% más de lo que reciben). En un principio, el poder Ejecutivo rechazó el planteamiento económico por limitaciones presupuestarias.

Por El Espectador

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