El Gobierno el presidente Juan Manuel Santos -a través del Ministerio de Relaciones Exteriores- expresó su profunda preocupación por la situación en Siria condenando “de la manera más enérgica la muerte de civiles inocentes”.
A través de un comunicado, la Cancillería hizo un llamado a las partes para emprender el diálogo político que permita poner fin a la violencia y al abuso de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario en ese país. Descartando así cualquier apoyo a un “inminente” intervención de Estados Unidos en el país de oriente medio sumido en una guerra civil hace más de dos años.
En este sentido, respalda las gestiones que viene desarrollando el secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, “para promover el necesario diálogo que ponga fin a las atrocidades vividas por la población siria como producto del enfrentamiento armado”.
Igualmente, rechaza de manera vehemente el uso de armas químicas, “independientemente de dónde provenga, bien sea de fuerzas del gobierno o de fuerzas rebeldes”. Sin embargo, espera dichos crímenes de guerra y de lesa humanidad “no queden en la impunidad”.
“Reiteramos que existen mecanismos internacionales de carácter penal que deben asumir su papel en esta materia”, asegura reconociendo como únicos organismo que deben tomar decisiones para “ejercer su responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales”, al Consejo de Seguridad de la ONU.
Este sábado en una alocución presidencial, Barack Obama declaró que ya tomó la decisión de realizar ataques contra Siria en respuesta al uso de armas químicas, pero que buscará autorización del Congreso antes de dar la orden.
La acción militar sería en respuesta a un ataque con gas neurotóxico ocurrido el 21 de agosto cerca de Damasco, que Estados Unidos atribuye al régimen de Bashar al Asad, y que según cálculos estadounidenses dejó al menos 1.429 muertos, entre ellos 426 niños.