Por la guerra contra el Estado Islámico, un militar demanda al Gobierno de EE.UU.

El oficial de inteligencia Michael Smith arguye en su demanda, presentada este miércoles, que los ataques de EE.UU. en Siria son ilegales porque el Congreso no los ha autorizado.

Redacción Internacional
04 de mayo de 2016 - 10:51 p. m.
Manifestantes sirios protestaron en Estambul (Turquía) contra el presidente Bashar Al Assad. / EFE
Manifestantes sirios protestaron en Estambul (Turquía) contra el presidente Bashar Al Assad. / EFE

A través de una demanda, el oficial Michael Smith espera que la justicia estadounidense aclare la legalidad de los ataques que EE.UU. en territorio sirio contra el Estado Islámico. Para él, es una cuestión de saber si como militar está cumpliendo su deber constitucional o si está participando en una “guerra ilegal”.

Hasta ahora, el gobierno de Obama ha sostenido su entrada en la guerra en Siria (que consiste en el envío de cazabombarderos y, hace dos semanas, de más de 200 tropas de entrenamiento) en dos autorizaciones del Congreso, formuladas en 2001 y 2002. Dichas autorizaciones permitieron al entonces presidente George W. Bush enviar tropas a Irak y Afganistán para combatir a aquellos que habían atacado a su país el 11 de septiembre de 2011. Sin embargo, Smith arguye que estas autorizaciones no le permiten a Obama luchar contra el Estado Islámico y que, por lo tanto, su inmersión en esta guerra va en contra de la Constitución.

Según cuenta el diario The Washington Post, Smith (de 28 años) se unió al ejército estadounidense en 2010, sirvió en Afganistán y apoyó los primeros bombardeos de EE.UU. contra el Estado Islámico. A pesar de ello, como recuerda uno de los consultores de su demanda, Bruce Ackerman, en el New York Times, Smith se preguntaba con cierta constancia si valía la pena luchar una guerra que, aunque “buena”, no tiene la aprobación del Congreso ni del pueblo estadounidense. “El capitán Smith —escribió Ackerman— tiene la razón en creer que las cortes federales proveen el justo escenario para liberarlo, a él y otros soldados conscientes, del terrible dilema impuesto por sus deberes militares”.

De acuerdo con Ackerman, Smith podría recurrir a los casos presentados por militares durante la guerra de Vietnam, cuando el entonces mandatario Richard Nixon tomó medidas que luego fueron calificadas como excesivas. A causa de estos excesos, una ley aprobada y formulada por ambos partidos, conocida como Resolución de los Poderes de Guerra (War Powers Resolution, en inglés), limita desde 1973 las habilidades del Ejecutivo para enviar tropas y comenzar una guerra en el exterior. Según esta ley, el presidente debe obtener permiso del Congreso (de ambas cámaras) si quiere prorrogar las hostilidades más allá de un período de 60 días. De no obtener dicho permiso, el presidente deberá retirar tropas y material bélico en un plazo de 30 días. La demanda de Smith pide que Obama utilice este recurso, dado que no existe ninguna autorización en pie, o que de lo contrario se retire de Siria.

En su formulación, Smith llega a varias conclusiones certeras. En primer lugar, de ser necesario un permiso para la participación de EE.UU. en dicha guerra (con la especificación de que ocurre en Siria y de que su objetivo es el Estado Islámico), eso significaría que hasta ahora Obama se ha excedido en sus funciones. Significaría, también, que la legalidad de las autorizaciones para las guerras en Irak y Afganistán ha sido sobreinterpretada y que EE.UU. actúa sin gobierno ni control.

Quienes apoyan al gobierno en esa guerra arguyen que no existe ninguna participación oficial en la guerra ya que no hay tropas por tierra. Sin embargo, la interpretación es delicada. Estados Unidos ha sido el país que más bombardeos ha realizado sobre Siria e Irak en el último año y medio (casi 9.000) y se ha proclamado como la cabeza de la Coalición contra el Estado Islámico (donde comparte espacio con Francia y Bélgica). Por otro lado, su argumento de que el Estado Islámico se originó de Al Qaeda (y de que, como tiene autorización para atacar a estos últimos, sería una suerte de extensión del permiso) resulta débil. Esos fueron los primeros pensamientos de Smith, quien, según su propio testimonio, pensó antes de presentar la demanda: “¿Esta es una guerra estadounidense o una guerra de esta administración?”.

Representantes republicanos y demócratas han pedido un debate sobre la participación de EE.UU. en dicha guerra. El año pasado, el gobierno Obama presentó un pedido de autorización para este conflicto específico (lo que, por otro lado, demuestra que no existe), pero hasta ahora los congresistas no han decidido sobre los límites de dicha actuación. El medio The Hill apunta: “A los republicanos les preocupa que sea demasiado restrictiva y a los demócratas les preocupa que no sea tan restrictiva”.
 

Por Redacción Internacional

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