¿A qué se debe el brote de violencia de los últimos días, con 49 muertos en una carretera, 10 cadáveres colgados de un puente y periodistas asesinados?
No se trata de actos criminales solamente, sino de actos de violencia intencionados, con un impacto mediático. Hay alguien que quiere enviar un mensaje para atemorizar a la población, al Gobierno o a otros criminales. Si bien no se puede hablar de terrorismo, yo diría que se trata de actos cuasi terroristas.
¿A qué se refiere con ‘cuasi terrorismo’? ¿Es un concepto que se está empleando para referirse a la violencia México?
No, lo digo desde el ámbito académico. Hay un componente que quizá no es un terrorismo clásico de grandes atentados, pero lo cierto, y lo tenemos documentado, es que hay una reproducción de pánico, estrés y trauma entre la población. El estrés no se queda en la localidad, se extiende por todo el país.
Ya se acumulan casi seis años de lucha frontal contra el crimen. ¿Por qué las estadísticas indican que anualmente las cifras de muerte aumentan?
Las medidas tomadas han actuado de una manera tal que terminan aumentando la violencia, sin que ello signifique un debilitamiento de las organizaciones criminales. No ha sido una estrategia eficaz. Si mantenemos la estrategia actual, es de esperarse que el año que viene siga el crecimiento.
¿Cuál ha sido el error más grande cometido en el enfrentamiento directo de la fuerza pública con las organizaciones criminales?
Si se afronta la seguridad sin un enfoque de paz, es muy probable que la violencia siga. La seguridad está incluida dentro de la paz, porque alguien puede estar seguro sin que eso signifique que pueda andar en paz. Si alguien está protegido por tanques va a estar seguro, pero la violencia seguirá latente afuera.
¿Cuál podría ser una buena estrategia para paliar el desenfreno de violencia que padece México? ¿Qué alternativas hay?
El Gobierno tiene que comenzar por entender, por beber el trago amargo de que no va a acabar con el crimen organizado en cinco años. Si eso se asume, va a tener que hallar un modelo para encontrar los focos de violencia y mantenerlos los más aislados posible. En parte es lo que hacen los policías en las favelas de Río de Janeiro.