Un guatemalteco que perdió en una riña un cuarto de su cerebro y su cráneo, hasta quedar desfigurado con una abolladura en la cabeza, debe recibir 58 millones de dólares en compensaciones, informó su abogado el miércoles en Los Ángeles tras el fallo judicial.
Antonio López Chaj, de 43 años, no puede hablar, necesita ayuda para caminar y cuidados constantes tras haber sido severamente agredido por un guardia de seguridad de un bar de Los Ángeles en abril de 2010.
La víctima "fue golpeada en la cabeza con un garrote por un oficial de seguridad sin licencia ni entrenamiento, quien procedió luego a golpear la cabeza de López Chaj contra el suelo, repetidas veces", dijo su abogado, Federico Sayre, en un comunicado obtenido por la AFP.
"El incidente dejó a López Chaj con profundas y permanentes heridas neurológicas que requerirán cuidado de por vida y una cirugía reconstructiva de su cráneo", agregó.
La lesión del inmigrante guatemalteco es de tal magnitud que la víctima perdió el 25% de su cráneo y su cerebro. Un jurado del tribunal superior de Los Ángeles en Torrance (periferia sur de Los Ángeles) ordenó a la firma de seguridad el pago de 57,75 millones de dólares en daños e intereses, la cual es una de las mayores indemnizaciones de la historia judicial de California para un caso particular, según Sayre.
Su abogado espera, no obstante, que la empresa DGSP Security and Patrol Services apele el fallo y no excluye llegar a un acuerdo.
Según la demanda del abogado, el oficial de seguridad -que está fugitivo- no tenía la formación ni el permiso necesarios para ejercer el oficio. Tampoco estaba autorizado a portar un garrote.
Otro abogado de Chaj, John De León, dijo al diario local Los Angeles Times que el cliente, un pintor de brocha gorda, era un inmigrante sin papeles al momento de los hechos.
"Este veredicto por las heridas recibidas por una persona que entonces estaba indocumentada muestra que el jurado no pone obstáculos a la hora de indemnizar a una víctima, cualquiera sea su estatuto migratorio. Es un gran día para el sistema judicial estadounidense", declaró.
La pelea en el bar Barra Latina del empobrecido vecindario hispano Pico Union comenzó cuando un cantinero se negó a servir a uno de los sobrinos de López Chaj. Éste insultó entonces al cantinero, quien habría respondido con golpes.
El guardia de seguridad intervino y comenzó a usar el garrote contra los familiares de López Chaj, quien se sumó entonces a la querella y terminó con el cráneo aplastado contra el suelo, según un recuento de Los Angeles Times.