Lo señalan todas las encuestas: el demócrata Bill de Blasio se encamina a una contundente victoria en las elecciones para la Alcaldía de Nueva York hoy, con 45 puntos por delante de su adversario republicano, Joe Lhota. El último sondeo publicado por The New York Times/Siena College acredita 68% de intención de voto para De Blasio, contra 23% para el poco carismático republicano.
De Blasio es un político de abierta tendencia progresista, con un pasado de activismo de izquierda, que basó su campaña en la creciente desigualdad de oportunidades que percibe en la ciudad. De 52 años, comenzó su carrera como activista trabajando en la administración del último alcalde demócrata que ha tenido la ciudad, David Dinkins (1990-93). En 1997 fue nombrado por la administración del presidente Bill Clinton para dirigir la oficina regional del Departamento de Vivienda en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut.
De habilidad muy reconocida como organizador político, De Blasio fue el responsable de la campaña de Hillary Clinton para su elección en 2000 a un puesto en el Senado de Estados Unidos por Nueva York. Entre 2001 y 2009 fue concejal por el distrito de Brooklyn, donde reside, y desde 2009 es defensor del pueblo de la ciudad. Desde ese puesto ha sido un constante crítico de muchas políticas del actual alcalde, Michael Bloomberg. Por ejemplo, en defensa de la escuela pública o de hospitales de barrio que han cerrado por problemas económicos.
Los momentos más polémicos de su vida tuvieron lugar en 1988, cuando visitó Nicaragua para entregar ayuda a los sandinistas. Tras volver de ese país, siguió respaldando a los sandinistas, colaborando con un grupo llamado Red de Solidaridad con Nicaragua, aunque luego se fue desvinculando progresivamente, según ha dicho porque estaba desencantado por cómo el gobierno sandinista trataba a la oposición. De Blasio pasó parte de su luna de miel en Cuba, en violación de la prohibición de viajar al país caribeño que entonces existía en EE.UU.
Su ascenso en esta carrera electoral fue sorprendente por varios motivos, pero el principal, porque no estaba entre los favoritos cuando anunció su candidatura. De Blasio está casado con Chirlane McCray, una activista y poetisa de raza negra, y sus dos hijos —Chiara y Dante— son birraciales. Numerosos analistas consideran que este prototipo de familia contemporánea ha ayudado a que la popularidad del candidato haya alcanzado tan altos niveles.