En el informe, que fue realizado por un equipo independiente y en el que no colaboró el gobierno de Israel, la ONU determinó que ambas partes han fallado en esclarecer los hechos contra civiles y que por ello se ha extendido un manto de impunidad.
La ONU presentó ayer un informe, liderado por Mary McGowan Davis, en el cual señala que durante la guerra en la Franja de Gaza, entre julio y agosto de 2014, Israel y Palestina cometieron crímenes de guerra al asesinar civiles de manera indiscriminada. En el informe, que fue realizado por un equipo independiente y en el que no colaboró el gobierno de Israel, la ONU determinó que ambas partes han fallado en esclarecer los hechos contra civiles y que por ello se ha extendido un manto de impunidad.
De acuerdo con el organismo, en las hostilidades de 2014 se percibió un aumento de la artillería por parte de Israel: fueron utilizados 6.000 misiles y cerca de 50.000 tanques. En los 51 días de enfrentamientos fallecieron 1.462 civiles palestinos (un tercio de ellos niños) y seis israelíes (1.600 quedaron heridos). Los palestinos, por su parte, dispararon 4.881 rockets y 1.753 morteros. El informe dice: “La comisión está preocupada por el uso extensivo por parte de Israel de armas con un radio de impacto amplio; aunque no es ilegal, su uso en áreas densamente pobladas tiene una alta probabilidad de asesinar combatientes y civiles indiscriminadamente”.
Una de las preguntas que se hace el informe es por qué, aunque se sabía sobre las muertes de civiles en Palestina, Israel continuó con los ataques del mismo modo y si tales órdenes provenían tácitamente de las altas esferas del Gobierno, encabezado por el presidente Benjamín Netanyahu. Dos semanas atrás, el gobierno israelí se anticipó al informe de la ONU con un reporte propio en el que señala que actuó de forma “legítima”. “El daño a la población civil se produjo como consecuencia de los desafortunados (aunque legales) efectos colaterales de una acción militar legítima llevada a cabo en las inmediaciones de zonas civiles”, rezaba el documento.
Al conocer el informe de la ONU, el gobierno israelí aseguró ayer que “es lamentable que el reporte deje de reconocer la diferencia entre el comportamiento moral de Israel durante la operación Margen Protector (como fue denominada la guerra) y las organizaciones terroristas que confrontaba”. Dijo también que el reporte es “parcial” y afirmó que la ONU tiene “una singular obsesión” en señalar las acciones de Israel por encima de otros conflictos. La organización resaltó la impunidad, por ejemplo, en el caso de los cuatro niños palestinos asesinados por el ejército israelí en Gaza, que fue archivada a principios de junio, después de que se argumentara que los pilotos habían confundido a los menores con militantes de Hamás, el grupo islamista que gobierna en la Franja de Gaza.
El informe señala también que los ataques palestinos crearon una “tremenda angustia” entre los civiles israelíes, quienes tuvieron que crear refugios y estar atentos a las alarmas que sonaban durante cada ataque. Según la ONU, los ataques con rockets y morteros parecían tener la intención de “extender el terror” entre los civiles israelíes. Entre junio y agosto de 2014, según sus cifras, 27 civiles israelíes fallecieron y más de 3.000 resultaron heridos. De acuerdo con El País de España, el gobierno palestino requirió a la Corte Penal Internacional abrir investigaciones para determinar si hubo crímenes de guerra durante el enfrentamiento. Netanyahu, por su parte, dijo: “Vamos a seguir protegiendo a nuestros soldados y ellos van a seguir protegiéndonos a nosotros”.