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Israel seguirá con las colonias

Pese a la presión de EE.UU. y cinco países europeos, que consideran la política de asentamientos nociva para la búsqueda de paz en Oriente Medio, Israel no cambia su posición.

Daniel Salgar Antolínez
03 de diciembre de 2012 - 09:40 p. m.
El primer ministro británico, David Cameron,  y el embajador israelí en Reino Unido, Daniel Tauda. / EFE
El primer ministro británico, David Cameron, y el embajador israelí en Reino Unido, Daniel Tauda. / EFE

Mientras nuevos colonos judíos se instalaban ayer en un edificio del barrio palestino de Jerusalén Este, Francia, Gran Bretaña, Suecia, Dinamarca y España manifestaron a los embajadores de Israel en sus países su desaprobación a la decisión israelí de construir 3.000 colonias que partirían a Cisjordania en dos. Israel toma esta represalia tras el reconocimiento de Palestina la semana pasada como Estado observador de la ONU. La presión europea, a la que se sumó EE.UU., no fue suficiente para que Israel cambiara su determinación.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ), en una opinión consultiva no vinculante, dijo desde 2004 que el muro israelí y su régimen de asentamientos, infraestructura y caminos exclusivos para israelíes constituyen una grave violación a la ley internacional y a las obligaciones de Israel como poder ocupante. Las colonias violan la IV Convención de Ginebra, que prohíbe construir asentamientos en territorios ocupados. Varias resoluciones de la ONU condenan las colonias y la Corte Penal Internacional (CPI) las considera un crimen de guerra.

Sin embargo, desde la Guerra de los Seis Días de 1967, la construcción de asentamientos ha aumentado. Según la Organización para la Liberación Palestina (OLP), desde 1993 se ha duplicado el número de colonos, llegando hoy a más de medio millón en los territorios ocupados.

El plan E1 de Israel, antes detenido por la presión de George W. Bush, consiste en construir tres mil colonias entre Jerusalén Este y los asentamientos de Ma’ale Adumin, donde ya viven cerca de 35 mil colonos, lo que partiría el norte y el sur de Cisjordania (ver infografía), impidiendo la continuidad geográfica del Estado palestino, ya dividido en dos (el corredor entre Cisjordania y la Franja de Gaza acordado en Oslo en 1993, fue luego cerrado por Israel).

Los países europeos y EE.UU. coinciden en que la construcción de asentamientos garantiza la prolongación del conflicto. Palestina se niega a iniciar cualquier negociación mientras no se detenga la colonización. El asesor político de la Misión Especial de Palestina en Colombia, Alexander Montero, dijo a El Espectador que “Israel insiste en que la solución de dos estados debe ser negociada. Sin embargo, si quisiera un Estado palestino, sencillamente finalizaría la ocupación y no tomaría acciones ilegales y retadoras como esta”.

Montero añade que la decisión israelí es, “primero, una violación a la ley internacional. Segundo, una violación a mandatos de la ONU (incluyendo el del jueves pasado) que llaman al fin de la ocupación. Tercero, con esta decisión, Israel reta de frente a los 138 países que reconocieron a Palestina como Estado. Cuarto, estas decisiones aíslan a Israel en el plano diplomático y la muestran como un Estado criminal y enemigo de la paz. Por ultimo, estos asentamientos, debido a su ubicación, pretenden fraccionar a Cisjordania en dos bloques con pequeños bantustanes en cada bloque. Esto es, asesinar la idea de una continuidad territorial, ya bastante maltrecha debido a la política criminal de los asentamientos y el muro”.

Pese a la cada vez mayor presión internacional, Israel no cambia su posición.

El embajador de Israel en Colombia, Yoed Magen, dijo a este diario que “los palestinos dicen que son territorios ocupados y nosotros podemos decir que son territorios liberados. Estuvimos ahí mucho antes de que naciera el pueblo palestino, así que es un tema que está en disputa”.

Magen añadió  que “el hecho es que en los últimos años los palestinos no han hecho ningún esfuerzo genuino por volver a la mesa de negociación. Nosotros tenemos control en una buena parte de los territorios y hasta que se decida qué pasa con esos territorios no vemos ningún problema, ni contradicción, ni ninguna violación a la ley en la construcción (de asentamientos)”.

 

Por Daniel Salgar Antolínez

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