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La familia del joven que murió este lunes, después de que la policía estadounidense no lograra controlarlo, ha expresado su descontento con el desenlace de los hechos pues afirman que la llamada que se hizo al 911 buscaba que Federico fuera puesto bajo control y no que lo mataran.
Osorio, que ya había sido internado varias veces en el hospital Jackson Memorial de Miami se encontraba bajo medicación para controlar sus trastornos mentales, razón por la cual se vio obligado a suspender sus clases en el Miami Dade College.
Martha García, madre de Federico, habría acudido a centros médicos en repetidas ocasiones buscando ayuda para poder internar a su hijo en alguna institución mental donde el joven pudiera recibir atención especial por la bipolaridad y esquizofrenia que padecía, según fuentes cercanas a la familia.
La familia del joven colombiano hizo una llamada pidiendo ayuda al 911 alrededor del mediodía, pues estaban siendo amenazadas por Federico quien sostenía en sus manos un par de cuchillos. Según se sabe, al domicilio ubicado en el sur del condado de Miami Dade, llegaron 3 policías que trataron de controlar al colombiano disparándole con una pistola Taser, acción que no rindió frutos.
Así, al sentirse amenazado, uno de los policías desenfundó su arma y disparo al pecho del colombiano en repetidas ocasiones. Según Daniela Osorio, hermana de Federico y quien afirma que fueron al menos cinco los impactos de bala que recibió el joven, tres policías eran suficientes para controlar a un solo hombre, razón por la que le pareció innecesario llegar a tal extremo, después de todo, no era la primera vez que las autoridades visitaban la vivienda por la misma razón.
Al respecto se dará una investigación que iniciará por la evaluación forense donde se espera determinar la cantidad real de disparos, mientras que la familia, junto con el consulado colombiano en Miami, terminan los arreglos para enviar el cuerpo de Federico a Medellín, donde el joven deseaba ser enterrado cuando muriera.