Publicidad

Jóvenes palestinos lanzaron intifada virtual

Siguen los enfrentamientos entre palestios e israelíes. Al menos tres muertos en ataques en territorio israelí.

Daniel Salgar Antolínez
14 de octubre de 2015 - 03:39 a. m.

El término es sin duda alarmista. En la intifada de 1987 hubo alrededor de 1.300 muertos palestinos y 90 israelíes. En la de 2000, fueron más de mil muertos palestinos y 200 israelíes. En los actuales enfrentamientos, no son más de cién sumando ambas partes. En todo caso, el término no lo han usado sólo algunos medios de comunicación, sino jóvenes palestinos que lanzaron en la web la “intifada 2.0” y que, organizados a través de las redes sociales, han acudido en masa a las protestas y han perpetrado ataques contra soldados y civiles israelíes. Si se puede hablar de una intifada, es esta intifada virtual.

Intifada virtual que empezó después de que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmúd Abás, declarara ante la Asamblea General de la ONU que no aplicará más los obsoletos Acuerdos de Oslo de 1993. Intifada virtual que usa redes sociales para llamar a morir como mártires al ejercer la resistencia contra la ocupación israelí, pero que deriva en ataques que se salen de cualquier marco aceptado de resistencia a la ocupación. Por ejemplo, los apuñalamientos contra civiles israelíes que se repiten en los últimos días. Aunque se le impute responsabilidad a Abás por estos hechos, el presidente ha reiterado su oposición a cualquier escalada violenta. La causa profunda de la frustración palestina es la misma de previas intifadas: la ocupación israelí.

No es la primera vez que una de las partes actúa contra los acuerdos de Oslo. Hay que recordar, primero, que Yitzak Rabbin, el primer ministro israelí que firmó dichos acuerdos con Yasser Arafat, fue asesinado en noviembre de 1995 por un fanático religioso de extrema derecha israelí, quien declaró que su objetivo era interrumpir el proceso de paz. Hay que recordar, como lo hace Jimmy Carter en su libro Palestine Peace Not Apartheid, que a mediados de los 90 el entonces ministro de Exteriores Ariel Sharon declaró los acuerdos de Oslo un ‘suicidio nacional´ y dijo que ‘todos (los israelíes) tienen que movilizarse, correr y tomarse tantas cumbres de montaña como puedan para expandir los asentamientos porque todo lo que tomemos ahora se quedará con nosotros… todo lo que no tomemos se quedará con ellos’.

Ese llamado ha tenido eco en los siguientes gobiernos. La ocupación se ha transformado en una causa profunda de la violencia y ha impulsado los movimientos de resistencia armada contra la ocupación. La intifada del 2000 venía alimentada por esas frustraciones y estalló cuando el mismo Sharon hizo una desafiante visita a la Explanada de las mezquitas de Jerusalén. Esa segunda intifada fue más violenta que la primera y dejó un aumento de las colonias israelíes en Cisjordania y Gaza.

Las circunstancias de fondo no han cambiado desde la primera y segunda intifada. Al contrario, han empeorado. La expansión de los asentamientos ilegales israelíes ha fragmentado más el territorio palestino. La construcción de un muro israelí por fuera de sus fronteras reconocidas internacionalmente se ha convertido en símbolo de una violación al derecho internacional. Desde 2000, más operaciones del ejército israelí han encendido el sentimiento de lucha contra la ocupación.

¿Cómo puede ocupar Israel una tierra que es israelí? Frase de Benjamín Netanyahu ampliamente compartida en redes sociales. Frase que resume el argumento de Israel para no hablar de ocupación: Palestina no existe, se trata de unos territorios en disputa. Frase refutada por el reconocimiento de Palestina como estado observador de la ONU y por su adhesión a múltiples tratados y organismos internacionales. Además, una aseveración esgrimida a partir de reivindicaciones religiosas, que no bastan para reclamar un territorio en el mundo contemporáneo. Las delimitaciones territoriales hoy son sustentadas en el derecho internacional y no en la religión. Bajo ese derecho fue establecido el Estado de Israel en 1948 por la ONU. Desde entonces, las violaciones a ese derecho han sido una constante.

Uno de tantos hechos violatorios de la ley internacional es la construcción del muro que serpentea por Cisjordania más allá de las fronteras previas a la guerra de 1967 y que por estos días ha reivindicado su inutilidad, con la serie de apuñalamientos en Israel por parte de palestinos. En el caso de Gaza se ve algo similar: con la construcción de túneles y la modernización de los misiles usados por el brazo armado de Hamas, el muro es burlado por encima y por debajo. Ya pasaron los tiempos en que construir un muro servía para hacer más seguro un estado. Hoy, con un muro y una sofisticada batería antimisiles, Israel recibe ataques con cuchillo impulsados desde las redes sociales. La construcción de un muro virtual es una tarea más difícil, aunque Israel ya ha pedido a Facebook y a Youtube retirar videos que “incitan y aplauden atentados”. Volviendo al terreno, es de recordar que hace 15 años no había muro, la construcción del mismo ha generado inevitablemente más roces entre los soldados israelíes y los habitantes de los territorios ocupados y, por lo tanto, más violencia.

Por Daniel Salgar Antolínez

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar