Este jueves comienza la Cumbre de Premios Nobel de Paz

En Bogotá estarán hasta el domingo grandes figuras de la reconciliación, como David Trimble, Leymah Gbowee y Jody Williams. La ciudad recibirá el título de Capital Mundial de la Paz.

Redacción Internacional
02 de febrero de 2017 - 03:00 a. m.
Lech Walesa, expresidente de Polonia y premio Nobel de Paz, estará en la cumbre. / AFP
Lech Walesa, expresidente de Polonia y premio Nobel de Paz, estará en la cumbre. / AFP

La Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz, que irá desde hoy hasta el domingo en Corferias, Bogotá, es singular: es la primera vez que una ciudad de América Latina abriga el evento y, sobre todo, sucede poco tiempo después de que se firmaran los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc.

Las cumbres anteriores, por lo general anuales, se realizaron en Roma (1999-2007), París (2008), Berlín (2009), Hiroshima (2010), Chicago (2012), Varsovia (2013), de nuevo Roma (2014) y Barcelona (2015). El objetivo general es reflexionar, con la ayuda y la experiencia de los premios nobel de Paz que asisten a los distintos eventos, sobre las dinámicas de la reconciliación, los derechos humanos, el tránsito del conflicto a la paz y el papel de las víctimas en el proceso.

La nómina de invitados es relevante. Divididos en los distintos paneles y juntos para la presentación de hoy a las 9:00 de la mañana, estarán los premios nobel de Paz Lech Walesa (expresidente de Polonia, quien abogó por condiciones respetables para los trabajadores), Óscar Arias Sánchez (exmandatario de Costa Rica, responsable del plan de paz para la región centroamericana), Rigoberta Menchú (defensora de los derechos de los indígenas), José Ramos-Horta (expresidente de Timor Oriental, negociador en el proceso de paz de ese país) y Jody Williams (activista a favor de la erradicación de las minas antipersona).

Entre los invitados de primera línea también estarán los galardonados David Trimble (mediador en el conflicto entre Reino Unido e Irlanda del Norte), Shirin Ebadi (defensora iraní de derechos humanos), Mohamed El-Baradei (reconocido por sus esfuerzos para mesurar la proliferación de armas nucleares), Leymah Gbowee (activista liberiana que encabezó el proceso para finalizar la guerra civil de 2003), Tawakkul Karman (yemení, defensora de los derechos humanos), Kailash Satyarthi (recordado por su trabajo en contra de la esclavitud infantil) y el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

En el primer día del evento, se espera que los premios nobel desglosen su visión sobre las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las Farc y las proyecciones, beneficios y retos que tendrá el actual proceso de desmovilización. Las víctimas estarían en un primer plano, puesto que la discusión central será, de acuerdo con el programa, la capacidad de las instituciones para responder a las necesidades de sus ciudadanos para “promover la paz, el desarrollo y la prosperidad”.

En los siguientes días, los galardonados discutirán sobre el posconflicto, el crecimiento económico inclusivo, el desarrollo sostenible en armonía con el medio ambiente y los objetivos de Naciones Unidas, la educación y las maneras en que será posible mejorar el proceso de paz. Al evento también están invitadas asociaciones ganadoras del Premio Nobel de Paz, como el Instituto de Derecho Internacional, la Cruz Roja Internacional, Acnur, Unicef, Médicos Internacionales para la Prevención de la Guerra Nuclear, Médicos sin Fronteras y el Cuarteto de Túnez.

Entre otras personalidades, estará como invitada Irina Bokova, directora general de la Unesco, la entidad de Naciones Unidas encargada de preservar el patrimonio histórico, justo en momentos en que en Siria y en Irak están amenazados centros arqueológicos por la presencia del Estado Islámico y de actores gubernamentales.

Al final de la cumbre, Bogotá será nombrada Capital Mundial de la Paz. Algunas de las ciudades en las que se ha realizado este evento tienen un pasado ligado al conflicto. Hiroshima, que abrigó la cumbre en 2010, es muy recordada por la bomba atómica que Estados Unidos lanzó sobre ella en agosto de 1945 y que terminó con la rendición del Imperio Japonés en la Segunda Guerra Mundial.

Todavía hoy los habitantes de Hiroshima tienen una memoria viva de lo que sucedió en aquel día, hasta el punto de que el expresidente Barack Obama realizó una visita de Estado en mayo del año pasado para conmemorar a las víctimas de ese ataque atómico, que fue replicado tres días después en Nagasaki y dejó entre 100.000 y 300.000 víctimas.

Varsovia, donde se realizó la cumbre en 2013, también tiene un pasado de guerra: fue la invasión de los nazis en Polonia en 1939, con la capital como trinchera principal, la que desató la rebatiña de la Segunda Guerra Mundial. En Varsovia, la huestes de Hitler fundaron el mayor gueto judío entre octubre y noviembre de 1940. Allí llegaron judíos deportados de Alemania y de los países que a su paso iban invadiendo las fuerzas de Hitler. Dos de los grandes campos de concentración, donde exterminaron a millones de judíos, se encontraban también en Polonia, en Treblinka y en Auschwitz. Casi un cuarto del territorio polaco quedó bajo el poder de los nazis, lo que obligó al desplazamiento de cientos de miles de judíos, gitanos y homosexuales a países vecinos e incluso hacia América del Norte. Las heridas de esa invasión todavía se están cerrando hoy.

Otras ciudades que han llevado la batuta de la cumbre han sido expuestas, en tiempos recientes, a la violencia. París, que la albergó en 2009, sufrió los embates del extremismo yihadista a principios y finales de 2015, con ataques que dejaron más de 150 muertos y numerosas heridas en la convivencia entre extranjeros y nativos. Francia sigue en estado de emergencia tras dichos ataques, puesto que el Estado Islámico, el grupo que amenaza con desestabilizar el país por “impuro”, sigue con sus intentonas de atentados y entrenando a “lobos solitarios” para que se enfrenten a los franceses. Un ataque terrorista en Niza, en julio del año pasado, dejó otros 86 muertos y más de 40 personas heridas. Berlín, que parecía salvada de los ataques extremistas, vio cómo un hombre, llamado Anis Amri, nacido en Túnez, asesinó con un camión a 12 personas en un mercado navideño en diciembre pasado. En medio de ese contexto, el título que le entrega la Secretaría Permanente de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz a Bogotá es, sobre todo, una expectativa: la de que las prácticas de la no violencia siempre traen mejores resultados que las prácticas del terrorismo.

Les presentamos a cuatro de los galardonados invitados:

Lech Walesa

Político y sindicalista polaco. Fue uno de los líderes de la movilización obrera de 1980 y presidente del sindicato Solidaridad. Recibió el Premio Nobel de Paz en 1983 por su trabajo para negociar y ocupó la presidencia de Polonia.

Leymah Gbowee

Activista liberiana encargada de organizar el movimiento de paz que puso fin a la segunda guerra civil liberiana en 2003. Esto condujo a la elección de Ellen Johnson Sirleaf en Liberia, la primera nación africana que tuvo como presidenta a una mujer. Premio Nobel de Paz en 2011.

Tawakkul Karman

Periodista yemení, conocida como la “mujer de hierro” o la “madre de la revolución”. Dirige el movimiento Mujeres Periodistas sin Cadenas, que promueve la defensa de los derechos humanos, la libertad de opinión y de expresión y los derechos democráticos. Recibió el Nobel de Paz en 2011.

David Trimble

Abogado y político norirlandés. Luego de varios años de radicalismo político, respaldó y promovió las conversaciones de paz entre Londres y Dublín, que dieron paso al referendo para dotar de autonomía política a Irlanda del Norte. Recibió el Premio Nobel de Paz en 1998.

Para consultar toda la programación del evento puede consultar este link: http://bit.ly/2jaTHHs.

Por Redacción Internacional

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