La "Jungla" de Calais queda prácticamente vacía en tres días

Decenas de migrantes han incendiado sus tiendas de campaña antes de partir.

GABRIELA CAÑAS / EL PAÍS
27 de octubre de 2016 - 00:16 a. m.
AFP
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La Jungla de Calais ha quedado prácticamente vacía solo tres días después de iniciado su desalojo. Según las cifras aportadas por la prefectura de Paso de Calais, a última hora de la tarde de este miércoles ya habían sido evacuados 5.596 migrantes, de ellos unos 1.200 menores no acompañados. El censo de hace diez días demostraba que vivían 6.484 personas en este inhóspito lugar, el campo improvisado de inmigrantes y refugiados que pasaba por ser en este momento el más grande de Europa. Está en la costa noroeste de Francia, en el canal de la Mancha.

La evacuación hacia centros de acogida se inició el lunes a las ocho de la mañana. Al día siguiente, varios operarios empezaron a demoler las improvisadas instalaciones a mano. Este miércoles han debido cambiar el sistema en vista de los incendios declarados en el lugar. Al menos 30 tiendas de campaña han ardido en la Jungla. Según la prefecta de Paso de Calais, Fabienne Buccio, que supervisa de cerca todas las operaciones, se trata de una costumbre de los migrantes: quemar el lugar que deben abandonar.

Tales incendios no han perturbado el ordenado desalojo masivo iniciado por el Gobierno francés, pero sí ha causado situaciones de riesgo. Algunos migrantes han tenido que abandonar el lugar precipitadamente y muchos, con la ayuda de los voluntarios, han sacado las bombonas de gas para evitar accidentes.

La policía ha interrogado a cuatro personas por los incendios. Las autoridades han tenido que cerrar la cola que acogía a los menores no acompañados por pequeños disturbios, pero han asegurado que los pocos menores que en ese momento quedaban en el lugar tenían garantizada su protección. La organización Francia Tierra de Asilo cree que el total de menores no acompañados en Calais era de 1.291.

Dado el ritmo de evacuación, Buccio ya preveía que la Jungla quedara definitivamente vacía este miércoles. Por el masivo realojo y porque decenas de migrantes se han ido voluntariamente antes de ser enviados a otros lugares por la administración francesa. Cuando las instalaciones improvisadas queden destruidas, este agujero negro de la migración europea habrá quedado borrado del mapa; al menos por un tiempo. Los migrantes (muchos con derecho al estatuto de refugiado) han sido evacuados siempre en autobuses y de manera voluntaria.

Esta mañana han salido de allí 27 autocares con destino a nueve regiones distintas de Francia. Los que desconfían de las autoridades han preferido dejar el lugar para esconderse a la espera de poder cumplir su sueño de llegar al Reino Unido de manera clandestina. Otros muchos se han decidido a embarcar en los autobuses por los incendios. Otros han esperado hasta quedar convencidos de lo que las autoridades y los voluntarios de las organizaciones humanitarias les han explicado: que nadie podía quedarse en el lugar.

Por GABRIELA CAÑAS / EL PAÍS

 

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