Los caminos que le quedan a Leopoldo López

Choques entre opositores y oficialistas al frente del Palacio de Justicia en Caracas durante el juicio a López. / EFE

La calle de los juzgados en Caracas, en donde está ubicado el Palacio de Justicia, se convirtió ayer en el reflejo de una Venezuela polarizada, en donde opositores y oficialistas no logran encontrar los caminos para disentir y convivir en paz. Mientras en una de las salas del tribunal se llevaba a cabo la última sesión del juicio contra el líder opositor Leopoldo López, afuera grupos contrarios se enfrentaban a gritos, palos y piedras. Según el balance del lado opositor: una persona murió, víctima de un infarto tras los enfrentamientos; del otro, denunciaron provocación y agresiones de los “fascistas”.

“Leopoldo, fascista, debes ser condenado” y “¡Liberen a Leopoldo!” fueron los gritos que se escucharon hasta cuando la jueza Susana Barreiros, presidenta de la sala, leyó la sentencia tras diez horas de presentación de argumentos. La pena: Leopoldo López fue condenado a trece años y nueve meses de prisión.

Establecen las normas venezolanas que si la pena es inferior a ocho años se puede cumplir un arresto domiciliario, una situación en la que ya se encuentran el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, y Daniel Ceballos, también líder opositor y compañero de partido de López. Pero el líder de Voluntad Popular deberá pagar su condena en Ramo Verde, en las afueras de Caracas, en donde lleva 570 días privado de la libertad.

Desde allí enfrentó el juicio por los delitos de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad privada e incendio, cargos por los que ayer lo condenaron a la pena máxima que esperaba la defensa. La Fiscalía General insistió en culpar a López de promover la violencia durante una manifestación, convocada por el político el 12 de febrero de 2014 en Caracas, y que terminó con tres personas muertas. “Se ha verificado que López hizo pronunciamientos a través de los medios de comunicación y redes sociales que claramente incitaron a sus seguidores a generar violencia en las calles”, señaló el Ministerio Público.

La defensa, por su parte, alegó que no existían elementos para incriminarlo y pidió su absolución. Los abogados denunciaron que en el caso no se cumplió “con el debido proceso, porque no se les permitió presentar pruebas durante el juicio”.

Juan Carlos Gutiérrez, uno de los abogados de López, aseguró que el 96% del acervo probatorio que se presentó en el juicio provino de evidencia recopilada directamente por funcionarios de la Fiscalía y del CICPC (policía científica) en condiciones que afectan la pulcritud por graves vicios y faltas a la ética del funcionario”. Agregó que 63 personas, entre testigos y peritos, fueron presentadas por la Fiscalía, mientras que a la defensa sólo se le admitieron dos.

En su declaración durante la sesión de conclusiones del juicio, López manifestó a Barreiros que si hoy salía en libertad, “estaría en el cumpleaños de su hija Manuela, le pediría matrimonio nuevamente a Lilian Tintori y se iría a recorrer Venezuela”.

¿Qué sigue?

De acuerdo con las leyes venezolanas, ¿qué caminos le quedan a Leopoldo López? Según explicó a la prensa venezolana el abogado penalista Ramón Pérez Linares, una vez comunicada la condena contra Leopoldo López se abrirá el derecho de apelación ante la Corte de Apelaciones, en primera instancia, y luego en la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, que recibiría cualquier recurso de casación contra la decisión de la Sala de Apelaciones.

Si el veredicto no se ajusta a derecho sino a una orden política, dice el experto, se recurre a la Corte Internacional para que conozca el caso como violación de los derechos humanos y persecución política. Los abogados también podrían solicitar, como último recurso, una amnistía.

El político opositor fue juzgado junto con Christian Holdack, acusado de “incendio, daños, gavillamiento (asociación para delinquir) e instigación pública”, Demian Martín y Ángel González, a quienes se acusa de los dos últimos delitos mencionados. Del caso también forma parte Marco Coello, acusado de los mismos cargos que López y Holdack, pero quien no se presentó a la primera audiencia conclusiva. Se supo que había salido del país, al parecer a Miami (EE. UU.). La jueza le solicitó a Interpol su captura.

Líderes de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) se manifestaron contra la condena y pidieron a la comunidad internacional revisar el caso. El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Chúo Torrealba, aseguró que el pueblo venezolano manifestará “un profundo malestar de manera democrática, constitucional y pacífica”.

Conocido el fallo, la tensión se reavivó en Caracas, en donde ven con preocupación que se repita una ola de violencia parecida a la que se vivió entre enero y junio de 2014 y que dejó 43 personas muertas y cientos de heridos. Sin embargo, muchos descartan esa posibilidad y creen que lo que se puede presentar son pequeñas manifestaciones.

La razón, además del miedo, es que el líder de Voluntad Popular, el ala radical de la oposición, cuenta con una base muy joven de seguidores, muchachos reclutados en universidades públicas y privadas, que marcharon en 2014, pero muchos de los cuales fueron detenidos y puestos en libertad con la condición de no volver a manifestarse. Así que es muy poco probable, luego de todo lo que se generó por esas manifestaciones, que vuelvan a las calles con la misma intensidad, pues podrían correr la misma suerte que su líder.