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Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, los tres estados más poblados de Brasil, alcanzaron un acuerdo para la realización de obras hídricas que permitan paliar los efectos de la sequía que desde hace meses afecta la región sureste del país.
Una de las medidas ya pactadas fue el desvío de las aguas del río Jaguari, un afluente del Paraíba do Sul, que abastece los tres estados y cuyo uso generó en agosto conflictos entre las autoridades de Río de Janeiro y Sao Paulo.
La decisión fue tomada en un audiencia de conciliación celebrada en el Supremo Tribunal Federal, en Brasilia, entre los gobernadores de Sao Paulo, Geraldo Alckmin; de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, y de Minas Gerais, Alberto Pinto Coelho.
El conflicto entre los estados vecinos fue deflagrado a mediados de 2014, cuando Sao Paulo anunció su intención de realizar obras para desviar el agua de la cuenca del Rio Paraíba con el fin de abastecer el reservorio Cantareira, uno de los más importantes del estado y que se encuentra en mínimos históricos.
La idea fue inicialmente rechazada por Río de Janeiro, debido a que la cuenca abastece varios municipios de su estado, por lo cual la Fiscalía general recurrió al Supremo Tribunal Federal para frenar la decisión de Sao Paulo.
El juez responsable del caso, Luiz Fux, convocó este jueves una audiencia de conciliación a los tres gobernadores, quienes llegaron a un acuerdo para presentar hasta el próximo 28 de febrero propuestas para el uso del agua del río Jaguari por parte de Sao Paulo.
"Los tres estados llegaron a un consenso y ese plazo es suficiente. Es importante tener solidaridad de los tres entes federativos sin perjudicar a nadie", comentó Pezao tras la audiencia.
La lluvia registrada en los últimas días ha aliviado la situación en Sao Paulo, el estado más perjudicado por la sequía y donde algunas ciudades del interior han llegado sufrir problemas de abastecimiento.