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“Los venezolanos no queremos guerra”

El rector de la Universidad Católica Andrés Bello habla del clima social que se vive en Venezuela a pocos días de las elecciones. Dice que, sin importar los resultados, se necesita un diálogo nacional entre el Gobierno y la oposición.

Elizabeth Ostos, Caracas
02 de diciembre de 2015 - 03:09 a. m.

Las elecciones del domingo 6 de diciembre en Venezuela, en las que se renovarán las 167 curules de la Asamblea Nacional, acaparan la atención mundial. Varios presidentes de la región le han pedido al gobierno de Nicolás Maduro que garantice la transparencia del proceso. Ayer, los llamados llegaron de Europa. Los jefes de Gobierno de España, Mariano Rajoy, y del Reino Unido, David Cameron, pidieron “elecciones libres, transparentes y en paz” en Venezuela.

Estos comicios se organizan en medio de una fuerte crisis económica que ha hecho mella en la popularidad de Maduro, heredero político de Hugo Chávez, pero carente de su habilidad política y carisma. Sondeos de opinión señalan que el nuevo líder de la Revolución bolivariana es rechazado por más del 70% de los venezolanos. El país está hoy más dividido que nunca, producto de 16 años de confrontación política y social.

El rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), José Virtuoso, S.J., asegura que “la crisis es grave y la rectificación que debe venir es tardía y tendrá un alto costo social, por tal motivo se impone un gran consenso entre los actores políticos, académicos y sindicales luego de las elecciones. Todos debemos evitar que la situación nos rebase”.

En entrevista con El Espectador, el sacerdote jesuita sostuvo que en el modelo económico de la Revolución “se privilegia la distribución de la renta petrolera como mecanismo para superar la pobreza. Esto es insuficiente y limitado. Es necesario iniciar un proceso mucho más sostenible de desarrollo humano y social”.

Junto a varios académicos de la UCAB, Virtuoso presentó el documento Propuestas Venezuela 2015, en el cual se formula una radiografía social, educativa, institucional, electoral y económica de la nación.

Una de las conclusiones del estudio rompe paradigmas: “La Revolución está en deuda con los venezolanos, en especial con los más pobres. Los datos nos señalan claramente que hemos entrado en un ciclo de empobrecimiento similar al vivido a finales de la década de los 90”, explica. “Tuvimos un gran boom petrolero que generó cuantiosos ingresos que se distribuyeron y dispararon el consumo. Pero caídos los ingresos, el resto de la cadena de gasto se desplomó”, agrega.

Asimismo señala que la mejor política social es una buena política económica: “Si no hay trabajo o empresas funcionando, si no hay una inflación controlada, va a ser muy difícil salir de la pobreza”.

El liderazgo nacional

El rector de la UCAB considera que la crisis de liderazgo en el sector opositor promovió que desde el movimiento estudiantil surgieran dirigentes “que en coyunturas determinadas asumieron un rol protagónico en protestas. Con aciertos y errores, los jóvenes llenaron el espacio que correspondía a los jefes de los partidos políticos”. La llamada generación 2007 propinó la primera derrota electoral al fallecido presidente Hugo Chávez, quien propuso una reforma a la Constitución bolivariana de 1999.

Virtuoso estima que la dirigencia de los partidos opositores “se une en torno a las coyunturas electorales, como lo comicios de diputados de 2010 y de presidente en 2012 y 2013. Hay contradicciones y enfrentamientos y eso genera confusiones entre la gente que no está alineada con el Gobierno. Eso incentiva la salida a la calle de los estudiantes según la coyuntura”.

Sobre la posibilidad de que el domingo la gente se tome las calles tras conocer los resultados y se presente una crisis social como la vivida en febrero de 2014, cuyas protestas dejaron 43 muertos, cientos de heridos y varios detenidos, Virtuoso señala que “el año 2014 fue terrible. El Gobierno manejó muy mal su muy estrecho triunfo en las elecciones presidenciales de 2013 y actuó de forma beligerante contra los inconformes, lo que generó malestar en la población. También comenzó la gran crisis de abastecimiento y la escasez que, sumada a los hechos de violencia en algunos estados, potenció las protestas, con el movimiento estudiantil a la vanguardia. Los partidos políticos seguían en crisis de liderazgo”.

En la evaluación de ese año terrible y ante el clima social cada vez más tenso a pocos días de la cita en las urnas, el rector explica que “sin mucha conducción y sin muchas perspectivas, las manifestaciones generaron violencia, con muertos, heridos y, hasta el presente, muchos detenidos”.

Sobre si fue acertada esta política de protestas callejeras habla claro: “La presencia en la calle ha sido positiva. Lo que ha sido errado, en ocasiones, ha sido la pérdida de la perspectiva, de la oportunidad de negociar con el poder”.

El sacerdote, que está en constante diálogo con los estudiantes, señala que “la mayoría de esos jovencitos no han vivido bajo otro régimen. Los muchachos de estos tiempos tienen una interrelación muy abierta con el mundo global, mediante el uso de las tecnologías de la información y de las redes sociales. Saben qué pasa en el mundo, tienen referencias directas de las democracias modernas y lo comparan con lo que hoy viven. El contraste es inevitable”.

Reconoce que el chavismo ha generado su plataforma universitaria paralela e independiente de las universidades públicas y autónomas, así como el de las privadas. “El chavismo se ha dotado de una base juvenil importante, aun cuando no hay liderazgo que impacte en la sociedad desde ese segmento”, agrega.

Destaca que, según cifras oficiales, en Venezuela hay casi tres millones de estudiantes universitarios. Son 600.000 los de las casas de estudio públicas y 200.000 de las privadas. El resto pertenece al sistema paralelo, con la Universidad Bolivariana de Venezuela como ente líder.

El camino a la violencia

El rector Virtuoso estima que las elecciones del 6 de diciembre son cruciales para el destino del país. “Que haya paz depende de lo que pase el 6 y el 7 de diciembre, cuando se sepan los resultados y las reacciones del Gobierno y de la oposición. Gane quien gane”.

Sobre el reconocimiento del triunfo de cualquiera de las partes explica que “estamos amenazados de violencia. Ciertamente, el discurso actual del Gobierno, ante un eventual triunfo de la oposición, intimida. Genera miedo esta campaña tan desproporcionada en el uso de fondos públicos y de medios de comunicación en favor de los candidatos del oficialismo. A esto se suma el hecho de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no es totalmente imparcial. Para cada sector va a ser muy difícil asimilar la victoria del contrincante. Tenemos que crear las condiciones para que se establezca el diálogo nacional. Todo basado en el respeto”.

“Yo creo que, si hay violencia, enfrentamiento o no reconocimiento, se generarán situaciones que sabremos cuándo comienzan pero no cuándo terminan. Los venezolanos no queremos guerra sino paz. Este no es un pueblo que está dispuesto a salir a matar por razones políticas. Desafortunadamente, en las calles se está matando por razones triviales o fútiles, como el robo de un par de zapatos o de un teléfono celular. A veces las condiciones pueden generar situaciones no controladas. Es lo que queremos evitar”.

Por Elizabeth Ostos, Caracas

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