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Maduro, ¿por qué no te callas?: tensas relaciones entre España y Venezuela

Después de que el Parlamento español llamara a liberar a los presos políticos venezolanos, Nicolás Maduro tildó de racista a Mariano Rajoy y anunció que tomará medidas para “dar la batalla a Madrid”.

Daniel Salgar Antolínez
16 de abril de 2015 - 12:07 p. m.
EFE / Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
EFE / Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.

Ha sido una constante en Venezuela, bajo el gobierno de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, buscar un enemigo externo para culparlo, con cuestionables argumentos y pruebas, por sus planes intervencionistas, cuando no por la inestabilidad socioeconómica, el deterioro de la democracia y los DD.HH al interior del país. Hace unos días el malo era Estados Unidos, después de que la Casa Blanca declarara que Venezuela es una amenaza para la seguridad nacional estadounidense. Ahora es España, después de que el Parlamento español lograra un acuerdo para llamar a la liberación de los presos políticos y los manifestantes venezolanos “arbitrariamente encarcelados”. 

Este no es el primer roce entre Venezuela y España. El mundo recuerda muy bien aquél 10 de noviembre de 2007 cuando, ante las interrupciones de Chávez al discurso del entonces presidente español José Luis Rodríguez Zapatero en la XVII Cumbre Iberoamericana, el rey don Juan Carlos se salió de casillas y, señalando al presidente venezolano, le lanzó un estruendoso y enojado “¿por qué no te callas?”.  

Para entonces, Chávez insistía en llamar fascista y racista al expresidente José María Aznar. Hoy Maduro, en el habitual intento por imitar a su antecesor, llama racista al actual jefe de gobierno español, Mariano Rajoy. Los roces entre estos dos nuevos protagonistas del pleito venían escalando desde octubre, cuando Rajoy recibió en Madrid a la esposa del dirigente del partido Voluntad Popular (VP),  Leopoldo López, y luego manifestó su preocupación por el opositor detenido y llamó a su liberación. Eso desencadenó una crisis diplomática entre ambos países, durante la cual Venezuela retiró al embajador español en Caracas, aunque este regresó en febrero en una aparente normalización de relaciones. Sin embargo, la situación se ha deteriorado en los meses siguientes, sobre todo cuando el expresidente español Felipe González anunció que asumiría la defensa jurídica de Leopoldo López. 

Este martes, Maduro reaccionó después de que el Congreso de los Diputados español aprobara un comunicado en el que insta a liberar inmediatamente a Leopoldo López, a los alcaldes Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, así como a “los demás opositores, manifestantes y estudiantes” en prisión. En tono amenazante, el presidente venezolano anunció que tomará “respuestas integrales”: “Durante meses alerté por vías diplomáticas a España que no se metiera con Venezuela (…) Si nos buscan, nos encuentran. Nos encontraron. Yo lo digo: se acabaron tus abusos, Rajoy. Que lo sepa España entera”. 

Hasta ahora, el gobierno venezolano sólo ha llamado a consultas al embajador español en Caracas, Antonio Pérez-Hernández y Torra.  El gobierno español, que había optado por mantener el silencio ante los frecuentes insultos de Maduro, ahora enviará a través de su embajador el mensaje de que considera intolerables las últimas declaraciones, insultos y amenazas proferidos por el presidente venezolano contra España, y que este “tipo de declaraciones e insultos no contribuyen a un mínimo entendimiento entre dos gobiernos que representan a dos pueblos unidos históricamente por estrechos lazos". Fuentes diplomáticas españolas han confirmado a otros medios que esta vez no puodrán ignorar los insultos. 

No es muy probable que, además de generar un escándalo mediático y deteriorar los lazos diplomáticos, Maduro decida tomar acciones más radicales contra España –aunque, a su llegada de la Cumbre de las Américas y después de pasar por Cuba para visitar a Fidel Castro, anunció que estaba listo para radicalizarse y tomar medidas contra a las empresas que hacen la “guerra económica” contra su país-. Las reacciones amenazantes de Maduro no han pasado de la retórica contra las múltiples personalidades, gobiernos y organizaciones que han llamado a la liberación de los presos políticos y los manifestantes detenidos en la República Bolivariana. Ese llamado ha sido reiterado por el secretario general de la ONU, de la OEA, así como por los expresidentes españoles José María Aznar y Felipe González, que firmaron junto a otros 23 expresidentes de América Latina una declaración por el “restablecimiento de la democracia en Venezuela”.

"El rajao de Rajoy, racista", dijo el presidente venezolano durante su programa En contacto con Maduro.  Además, despotricó del jefe de Estado español al señalarlo como adscrito “a la élite corrupta europea”, que fabrica “maniobras, jugadas y asquerosidades contra Venezuela”. “Vayan a opinar de su madre pero no opinen de Venezuela”, añadió.  Frases muy fuertes, aunque nada sorpresivas, que seguramente empeorarán las relaciones con España, pero que no resonarán con la misma fuerza como aquél histórico “¿por qué no te callas?”.

 

Por Daniel Salgar Antolínez

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