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Manhattan en la mira de inversionistas colombianos

Aunque se creía que en Nueva York sólo podían invertir los multimillonarios, hay una nueva opción de negocio que permite adquirir edificios extremadamente costosos, remodelarlos y venderlos obteniendo jugosas ganancias.

María Camila Torres / Enviada especial a Nueva York
15 de septiembre de 2016 - 06:28 p. m.
Manhattan en la mira de inversionistas colombianos

En medio de altos edificios, de no menos de 30 pisos, donde el sol entra difícilmente por las ventanas y no alcanza a tocar las calles como estamos acostumbrados en Colombia, se levanta Nueva York, el corazón financiero de los Estados Unidos, donde nacen los mega multimillonarios del mundo y donde hoy colombianos encontraron una nueva opción de negocio. Algo que parecía ser lejano para cualquier colombiano interesado en invertir sus ahorros y ponerlos a producir con el menor riesgo posible.

La mirada de los inversionistas colombianos se centró en nada más que en Manhattan, una isla donde sólo los más ricos como el magnate Donald Trump podrían llegar a ser propietarios de estos gigantes edificios.

Y ¿en qué están invirtiendo? Encontraron la respuesta a través del crowdfunding en el exterior, un modelo de negocio que se basa en la colectividad y les permite a pequeños inversionistas adquirir predios extremadamente costosos, obteniendo una ganancia de más del 30% al año.

Invertir en Manhattan y convertirse en dueño de una de estas edificaciones dejó de ser un sueño imposible. El negocio está en comprar edificaciones, remodelarlas, rentarlas y luego venderlas. ¿Pero cómo es esto?

El empresario colombiano Rodrigo Niño, fundador de Prodigy Network - la misma empresa que hizo realidad el BD Bacatá en Colombia a través de este mismo modelo de negocio -  es el responsable de implementar el crowdfunding inmobiliario en la isla y hacer de esta práctica una realidad a través de su plataforma permitiendo que inversionistas de cualquier parte del mundo puedan acceder a estos bienes raíces que pueden costar al menos 100 millones de dólares, algo imposible para cualquiera. En Colombia este modelo de negocio no ha sido aprobado.

“Se le puede llamar a esto la cuarta revolución industrial, donde el individuo pasa a otro panorama y llega la era de la colectividad gracias al Internet, lo que permite que a través del crowd, a diferencia del capitalismo donde la riqueza se centra en unos pocos y cada día los ricos son más ricos y los pobres más pobres, se democratice la riqueza”, manifestó Niño.

Esta compañía que cuenta con 6.500 inversores, de los cuales el 30% son colombianos, se encarga de buscar edificios en Nueva York que están ubicados en lugares estratégicos pero que no se encuentran en las mejores condiciones y que por esto mismo están a la venta a ‘bajo’ costo, para remodelarlos y luego venderlos a un precio mucho mayor, generando durante el proceso de renta, ganancias a los inversionistas.

Es el caso del AKA United Nations, una edificación que se remodeló para destinarla al hospedaje de larga duración, ni más ni menos que a escasas cuadras de Naciones Unidas. Se trata del primer proyecto de crowdfunding que se finalizó en Nueva York. Fue comprado por 71 millones de dólares y su remodelación costó USD$ 12 millones. La inversión total del proyecto fue de USD$ 99 millones, de los cuales se recaudó USD$12 millones a través de crowdfunding con un tope mínimo de participación de 50.000 dólares.

Este edificio en particular ha dejado a sus inversionistas ganancias mayor de las previstas porque mientras ha estado rentado - debido a que se encuentra ubicado en un punto estratégico de turistas y llegada de personas reconocidas en el mundo - sus inversionistas han llegado a reunir casi el 30% de lo que invirtieron. Razón por la que tras ser remodelado no ha sido puesto en venta, cuando su valor ya ronda los US$ 125 millones pero se cree que su valor en el mercado seguirá aumentando.

Hace tan solo semanas, se culminó el segundo proyecto inmobiliario financiado a través del crowd y que recaudó US$42 millones con inversionistas. Ubicado en una de las esquinas más atractivas del corazón del sur de Manhattan, abrió sus puertas el AKA Wall Street. La edificación cuenta con 132 apartamentos con una o dos habitaciones estudiantiles y penthouses y conserva el estilo rústico que caracterizaba su exterior. El edificio costó USD$60 millones y su remodelación USD$52 millones. Se cree que podrá ser vendido en hasta 200 millones de dólares tras ser puesto en renta y su dinero repartido entre los inversionistas.

Pero ¿cómo invertir? Prodigy Network consigue un proyecto que difunde a sus inversionistas. Por ejemplo, si cuesta 87 millones de dólares la propiedad, la compañí pone USD 7 millones y busca los USD 40 millones a través de un préstamo bancario y los otros USD 40 millones con los inversionistas.

Aunque buscan hacer aún más accesible a los colombianos este modelo de negocio, por ahora se logró que con un tope mínimo de 50.000 dólares, es decir aproximadamente 150 millones de pesos, y máximo un millón de dólares, un inversionista puede entrar a hacer parte del proyecto.

Para comprar el edificio se debe recaudar al menos el 10% de lo que cuesta. Durante los primeros seis meses de construcción el inversionista tiene la oportunidad de recaudar el resto para completar su parte y mientras dure el proyecto, que puede ser entre tres y cuatro años, recibirá unas ganancias del 6%, que dependiendo de la rentabilidad puede subir al 10%. El resto del dinero se usa para pagar la deuda bancaria y lo que quede al momento de vender el edificio se divide por mitad.

Niño le apostó a este negocio por la alta demanda de este tipo de espacios que es evidente en el mercado neoyorquino.

¿Pero cuál es el riesgo de este negocio? Según el CEO de Prodigy, el mayor riesgo es que usted ponga su parte y que no se alcancé a recaudar esos 40 millones de dólares. En este caso no se podría hacer la compra, por lo que le sería devuelto en su totalidad el dinero. También, podrían ocurrir demoras en la construcción lo que alargaría el proceso y el dinero se demoraría en ser devuelto. La ventaja es que no le retornan el dinero en esos cuatro años como le prometieron pero usted podrá seguir cobrando la renta sobre lo que esté dando el edificio.

“Siempre esperamos el mejor momento para venderlo para así ganar más dinero. Si consideramos que aún no es el momento, seguimos operando el edificio hasta que sea más rentable”, explicó Niño.

Frente al caso de un país como Colombia, Rodrigo considera que el BD Bacatá - récord mundial de crowdfunding - rompió con la ideología de construir una ciudad hacia lo horizontal y no vertical. Pero, dice que aún existe temor por parte de las constructoras por el riesgo que implica construir rascacielos como la Torre Colpatria debido a que no se cuenta con la pericia para desarrollarlos.

Niño destacó que en EE.UU. este modelo de negocio haya sido avalado por el presidente Barack Obama, permitiendo una democratización de la riqueza. En Colombia no es posible comprar proyectos inmobiliarios a través de crowd, está prohibido. Este modelo sólo puede ser usado a través de donaciones para invertirlas en proyectos sociales.

Para Sonia Agnesot, coordinadora de LittleBigMoney, plataforma de crowdfunding que a través de donaciones invierte en proyectos con impacto social en Colombia, este modelo de negocio es interesante porque permite que personas que posiblemente fueron excluidas del sistema financiero puedan adherirse a proyectos inmobiliarios de gran envergadura. 

“Permite incluir a personas que estaban excluidas a nivel bancario por no cumplir requisitos para un préstamo. Este sistema es válido en EE.UU. pero en Colombia todavía el sistema de préstamos no está permitido por líos con empresas como DMG y por eso es difícil poder aplicarlo a programas de vivienda en el país”, afirmó.

Considera que entre los posibles riesgos que puede traer este tipo de inversiones es la cantidad de personas que están aportando para adquirir un edificio. “Se debe definir quién va a recaudar los fondos y la salida. Es decir, es importante definir si alguien quiere salir de ese negocio por x razón cómo lo puede hacer”.

Ahora la gran apuesta de Prodigy será The Assemblage 25th Street, un proyecto de coworking que siguiendo el mismo proceso, comprará un edificio sólo que este no se venderá sino que lo operará. Se rentará a empresas que quieran tener sede en Nueva York y que por los costos elevados de la renta de un local allí no lo han logrado. Podrán adquirir una membresía y realizar sus proyectos al interior de este edificio. Las ventajas, habrá decenas de empresas en un mismo lugar lo que permitirá hacer colaboraciones. Prodigy estima que este proyecto tendrá una ganancia del 14%.

Por María Camila Torres / Enviada especial a Nueva York

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