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Mursi da por finalizada la transición de Egipto

El presidente egipcio consideró que comienza una nueva etapa con la nueva constitución.

EFE
29 de diciembre de 2012 - 04:29 p. m.
El presidente egipcio Mohamed Mursi firmando el decreto para aprobar la nueva Constitución/ EFE
El presidente egipcio Mohamed Mursi firmando el decreto para aprobar la nueva Constitución/ EFE

El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, dio este sábado por finalizada la transición en el país, tras la aprobación de la nueva Constitución, y aseguró que ahora comienza "la etapa del trabajo y la producción".

En un discurso ante la Cámara alta (o Consejo de la Shura) del Parlamento egipcio, a la que ha restituido el poder legislativo, Mursi reconoció que la transición "ha durado más de lo necesario", y emplazó a la oposición a colaborar con el Gobierno para avanzar en la nueva etapa.

Según Mursi, Egipto ha entrado en una época en la que "no hay tiranía, ni discriminación, ni ausencia de justicia social", y en la que "todos los ciudadanos, sean cuales sean sus diferencias, son iguales ante la ley en el marco de la nueva Constitución".

El presidente reclamó a todas las partes trabajar por un amplio diálogo nacional de cara a alcanzar una ley electoral que represente "a todas las corrientes y partidos". "Ahora, con la finalización del Consejo de la Shura, han asumido, de acuerdo con la Constitución y con la voluntad del pueblo egipcio, el poder legislativo completo hasta la elección del nuevo Consejo de Diputados (Cámara baja)", agregó.

El Consejo de la "Shura" abrió el pasado miércoles sus sesiones tras la aprobación de la nueva Constitución en un referéndum popular con el 63,8 % de los votos.

Hace una semana, Mursi firmó la lista de los 90 miembros de la "Shura" designados por él mismo, que se sumaron a los 180 elegidos en las pasadas elecciones legislativas y que completaron la cámara.

Está previsto que la elección de la nueva Cámara baja -la anterior fue disuelta por la justicia- se celebre dos meses después de la entrada en vigor de la nueva Carta Magna, es decir, a finales de febrero.

Mursi abordó un amplio abanico de asuntos en su intervención, y fue especialmente duro con el régimen sirio de Bachar al Asad, que, a su juicio, "no tiene lugar en el futuro" de su país.

"La revolución siria continuará hasta conseguir sus objetivos de libertad, dignidad y justicia social, para que Siria esté unida y libre", señaló, antes de asegurar que sus prioridades son el "cese del derramamiento de sangre, la ayuda para que los refugiados puedan regresar, y evitar cualquier intervención militar".

Por ello, abogó por una solución política, apoyada por los países árabes y las fuerzas regionales e internacionales, que garantice al pueblo sirio "el inicio del camino para cambiar el régimen actual y elegir a sus dirigentes según su voluntad, todo eso en el marco del respeto de la integridad territorial siria".

En su alocución de 40 minutos -que fue seguida en directo por el primer ministro, Hisham Qandil, el papa copto Teodoro II, y el jeque de Al Azhar, Ahmed Tayeb-, dedicó gran parte de sus esfuerzos a tratar de tranquilizar a la población sobre el pésimo estado de la economía egipcia, en especial las reservas de divisas.

Precisamente ese mismo sábado, el Banco Central Egipcio aseguró que su reserva de divisas extranjeras está actualmente en su "nivel mínimo y crítico", después de que haya bajado de 36.000 millones de dólares en enero de 2011 a solo 15.000 millones de dólares en noviembre.
Mursi confirmó esa cifra, pero recordó que en el primer trimestre del año fiscal 2012-13, que comenzó el 1 de julio, la economía egipcia creció un 2,6 %, frente a un 0,3 % en el mismo periodo del año anterior.

En ese mismo trimestre, Egipto acogió inversiones extranjeras por valor de 50.000 millones de libras (más de 6.100 millones de euros), agregó.

La intervención de Mursi se produjo en paralelo a una noticia que, de confirmarse, podría alterar sobremanera la escena política en Egipto, a solo dos meses de las elecciones legislativas. El presidente del partido salafista egipcio Al Nur, que fue el segunda más votado en las últimas parlamentarias, Emad Abdel Gafur, dimitirá en las próximas horas para lanzar una nueva formación bajo el nombre de Al Watan, tal como anunció el portavoz de la formación, Yosri Hamad.

Hamad, que también abandonará Al Nur, explicó que Abdel Gafur pasará a coordinar el comité preparatorio de Al Watan, partido que será presentado la próxima semana y que amenaza con obligar a una reordenación del voto islamista más conservador.

Abdel Gafur ya estuvo a punto de ser destituido por su propio partido por las rencillas internas entre su facción, la más moderada y pragmática, y el ala ultraconservadora más partidaria de aliarse con los clérigos, que lidera el polémico jeque Yaser Borhami.

Por otro lado, el fiscal general egipcio, Talaat Ibrahim Abdalá, ordenó hoy que se prohíba salir del país a 26 de los "símbolos" del régimen del depuesto presidente Hosni Mubarak, incluido este último, según la agencia oficial egipcia Mena.

Abdalá emitió además órdenes para congelar los fondos y propiedades inmobiliarias de esos 26 altos cargos, entre los que están también los hijos de Mubarak, Alaa y Gamal, su esposa Suzan y su exprimer ministro Ahmed Nazif. 

Por EFE

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