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Las contundentes victorias de Patricia Gutiérrez de Ceballos y Rosa Brandonisio de Scarano en los municipios de San Diego (estado de Carabobo) y San Cristóbal (estado de Táchira) dieron fuerza a los argumentos de los opositores moderados, quienes reivindican la lucha electoral y el trabajo político en bases populares, frente a los disturbios y enfrentamientos callejeros que han tenido como saldo 42 muertos, más de 800 heridos y 3.089 detenidos en tres meses de protestas.
Las alcaldesas electas son esposas de Enzo Scarano y Daniel Ceballos, ambos destituidos por el Tribunal Supremo de Justicia y sentenciados a 11 y 12 meses de prisión por desacato a una disposición oficial que ordenaba la represión de las protestas en las calles de los municipios que gobernaban. Ceballos enfrenta otros cargos: rebelión civil y agavillamiento, y está a la espera de una audiencia de presentación el próximo 12 de junio. Si la Fiscalía decide acusarlo, podría enfrentar penas de entre seis y diez años de prisión. Es dirigente del partido Voluntad Popular, liderado del también detenido Leopoldo López.
Rosa de Scarano, militante del movimiento regional Cuentas Claras, obtuvo el respaldo de más del 87% de los electores de San Diego. Patricia de Ceballos se impuso en San Cristóbal con el 73% de los sufragios. Superaron las votaciones que obtuvieron sus maridos en las elecciones regionales de diciembre de 2013. En los actos de proclamación de las alcaldesas, las dos pidieron la excarcelación de sus esposos, “porque nunca debieron ser destituidos ilegalmente y mucho menos estar presos. Hoy, cada ciudad tiene dos alcaldes y no pensamos entregar los bastiones de libertad de San Diego y San Cristóbal”, dijo Rosa de Scarano. Por su parte, Patricia de Ceballos pidió a Nicolás Maduro “trabajar por resolver la crisis económica, social y política antes de amenazarnos con meternos presas”.
Para el analista político Luis Vicente León, el éxito de las alcaldesas electas en los comicios “reivindica la capacidad para ganar elecciones si hay unión, a pesar de la presión de la opinión pública y de la bulla que hacen los radicales de la 2.0. Y dado que el resultado fue positivo para la oposición y esa conquista ha sido electoral, el grupo moderado termina siendo el gran beneficiario de este episodio de triunfo en las urnas”.
En una columna de opinión, León explicó que, si bien el oficialismo fue derrotado ampliamente, “hay que tener cuidado con las lecturas apresuradas y demasiado optimistas: estos triunfos en San Diego y San Cristóbal no son un indicador extrapolable a una dimensión nacional. El objetivo del Gobierno central al destituir a los alcaldes nunca fue ganar en esos municipios. Eso era prácticamente imposible. Su intención era atemorizar al resto de los alcaldes y apaciguar las protestas”.
Dijo que el abuso de poder unificó el voto opositor que castigó duramente al Gobierno y que, más que estas elecciones en bastiones del antichavismo, las encuestas de opinión pública son las que evidencian que Maduro está perdiendo adeptos aceleradamente.
Un reciente sondeo de la firma Datanálisis informó que la popularidad del presidente de Venezuela ha caído 13 puntos en lo que va del año, para ubicarse en 37% de aceptación.