Sesenta años después del final de la guerra de Corea, el régimen norcoreano celebró este sábado el mayor desfile militar de su historia y expuso sus misiles ante la mirada del líder Kim Jong-un y de la prensa extranjera, especialmente invitada.
Los misiles de largo alcance montados en imponentes vehículos tractores cruzaron a la inmensa plaza Kim Il-Sung de Pyongyang ornada con los colores del país,, donde militares y espectadores congregados por millares corearon "protejamos a Kim Jong-un con nuestras vidas" cuando el joven líder apareció en el palco flanqueado por los principales dirigentes militares y del partido.
Otros tipos de misiles, tanques, lanzacohetes múltiples y cañones automotores fueron presentados mientras aviones de combate y helicópteros surcaban el cielo entre nubarrones.
Según el Norte, ha sido el mayor desfile militar organizado en el país.
Kim Jong-un, con traje mao oscuro, caminó hasta el estrado por una alfombra roja, mientras le saludaban los guardias y sonaba música militar.
En el cielo nublado estaban desplegadas pancartas y globos, y la plaza estaba decorada con banderas norcoreanas.
"Combatamos, combatamos, combatamos (...) por nuestra república", cantaban los soldados.
En la plaza velaban las figuras tutelares de Kim Il-sung y de su hijo Kim Jong-il, padre de Kim Jong-un, del que dos retratos gigantes figuran en el frontispicio del Gran Palacio de Estudios del Pueblo.
Muchos esperaban un discurso de Kim Jong-un este sábado, pero transcurridas dos horas de desfile no se había hablado.