La nueva etapa con EE.UU.: oportunidad y desafío para el turismo en Cuba

El sector que se verá beneficiado, con el restablecimiento de las relaciones entre Estados unidos y Cuba, será el del turismo.

Sara Gómez Armas/ EFE
27 de diciembre de 2014 - 03:38 p. m.
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La nueva relación con Estados Unidos abre para la economía cubana un horizonte de posibilidades, si bien el impacto más inmediato se espera en el sector del turismo con el aumento de visitantes norteamericanos a la isla.

"Hay estudios que hablan de que el número de turistas que entran en Cuba se duplicará cuando empiecen a llegar estadounidenses", señaló a Efe el economista Omar Everleny, del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC).

Las cifras varían ligeramente según los analistas, pero los más optimistas apuntan a la entrada de 3 millones de turistas estadounidenses anuales en caso de que se levantase el embargo, tantos como el total que la isla aspira lograr al cierre de 2014.

Sea cuál sea el pronóstico, la capacidad hotelera de Cuba, con unas 60.000 habitaciones, se puede ver desbordada cuando Estados Unidos levante las restricción a sus ciudadanos de viajar a la isla, lo que según expertos beneficiará al incipiente sector de los alojamientos turísticos gestionados por particulares.

Más de 7.200 habitaciones componen ya la oferta del turismo privado en la isla, como el caso de "Casa Vitrales", un pequeño y acogedor hotel en La Habana Vieja, surgido como otros muchos al calor de las reformas económicas del presidente Raúl Castro.

"Abrimos con una habitación en 2009, mientras reformábamos el resto del inmueble. Desde febrero de este año ya rentamos todas las habitaciones de la casa y desde entonces no nos faltan clientes", contó a Efe Juan Hernández, propietario junto a su hijo de este establecimiento.

Entre esos clientes destacan los europeos y los canadienses, pero también los estadounidenses, cada vez más asiduos en Cuba desde que en 2011 el presidente Barack Obama flexibilizara la restricción de viajar a la isla por motivos académicos, culturales o religiosos para incentivar lo que se conoce como los contactos "pueblo a pueblo".

"Aquí hemos tenido bastantes estadounidenses que vienen por trabajo, sobre todo gente del mundo de la cultura: músicos que vienen a festivales, artistas plásticos que asisten a cursos o estudiantes que quieren aprender español", explicó Hernández.

Con el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EE.UU., Obama anunció cambios que relajan el embargo sobre la isla, ya que da más libertad a esos viajes académicos, culturales o religiosos y para aquellos cubano-americanos que mantienen lazos familiares en la isla.

Antes de su liberalización, el conjunto de estos trayectos sumaban unos 500.000 viajeros anuales desde Estados Unidos a la isla, según estimaciones de la Oficina de Intereses de EE.UU. en Cuba, una cifra nada desdeñable si se tienen en cuenta las dificultades desde el país norteamericano para viajar al país comunista.

Ante lo que algunos auguran como una "avalancha de turistas" estadounidenses en un futuro no muy lejano, las empresas extranjeras también miran con deseo las oportunidades de negocio que se vislumbran en el sector turístico, que ya cuenta con una importante participación de inversionistas extranjeros mediante 26 empresas mixtas que operan 15 hoteles con más de 5.600 habitaciones.

A esas cifras se suman las 17 gerencias foráneas que gestionan 31.000 habitaciones distribuidas en 62 contratos de administración y comercialización.

Entre esas empresas extranjeras, las españolas tienen una posición de liderazgo desde hace años en el turismo cubano, según recordó a Efe el presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC), Xulio Fontecha.

Para Fontecha, el turismo será "el primer sector que se beneficiará de este nuevo escenario y que indirectamente repercutirá en todos los demás sectores".

El plan de reformas económicas emprendido en la isla para "actualizar" su socialismo contempla el turismo como un sector estratégico, lo que ha llevado a Cuba a potenciar el desarrollo de inversiones con la construcción de nuevas infraestructuras hoteleras en diversos puntos de la isla que sumarán 10.000 nuevas habitaciones a su capacidad actual.

La isla también apuesta por diversificar su oferta con el impulso de turismo de circuitos culturales y de naturaleza, de marinas, cruceros o desarrollos inmobiliarios asociados al golf.

El turismo internacional, segunda fuente de ingresos en el país, dejó a Cuba unos 1.804 millones de dólares en 2013, cantidad que se multiplicará en los próximos años, según los analistas, y que tendrá notables efectos en otras áreas como la restauración, el comercio o las infraestructuras.

Por Sara Gómez Armas/ EFE

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