La represión de manifestaciones y los combates entre el ejército y rebeldes causaron el jueves en Siria la muerte de 178 personas, en su mayoría civiles, lo que constituye una de las jornadas más sangrientas desde el inicio de la rebelión en marzo de 2011, afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Al menos 178 personas, entre ellas 117 civiles y 58 integrantes de las fuerzas de seguridad, murieron el jueves, indicó el OSDH, que destacó el balance particularmente sangriento en Duma, cerca de Damasco.
En esa ciudad, violentamente bombardeada por el ejército, que intenta aplastar la insurrección, murieron por lo menos 36 personas, entre ellas seis niños y seis mujeres, señaló el OSDH.
Más de 15.800 personas, en mayoría civiles, murieron en los últimos 15 meses desde el inicio de la rebelión, afirmó el OSDH, que señaló que desde hace una decena de días el balance cotidiano de muertos tiende a superar la cifra de cien.