ONU, otra vez contra la pedofilia

El Comité de Naciones Unidas contra la Tortura determinó que la Santa Sede es responsable por negarse a investigar crímenes sexuales cometidos por parte de sus representantes dentro y fuera del Estado vaticano.

Daniel Salgar Antolínez
24 de mayo de 2014 - 08:55 a. m.
El papa Francisco ha pedido perdón y exigido sanciones “muy severas” contra los curas abusadores. / AFP
El papa Francisco ha pedido perdón y exigido sanciones “muy severas” contra los curas abusadores. / AFP
Foto: AFP - ANDREAS SOLARO

Por encubrimiento, omisión y negligencia para investigar y llevar a la justicia a curas responsables de abusos sexuales, cuando existía conocimiento sobre los crímenes que perpetraron, el Vaticano ha violado la Convención de la ONU contra la Tortura. Así lo determinó el Comité de la ONU contra la Tortura al presentar sus conclusiones tras escuchar a organizaciones de víctimas de la pedofilia clerical y a delegados de la Santa Sede.

Además, respecto a los alegatos que presentó el representante del Vaticano ante la ONU, Silvio Tomasi, según los cuales la Convención contra la Tortura se aplicaría únicamente al territorio del Estado del Vaticano y no a los delitos que ocurran en otras latitudes donde hay representantes de la Iglesia, el Comité concluyó que la responsabilidad del Vaticano no se limita a su territorio, sino que abarca los abusos cometidos en otros países, siempre y cuando la Santa Sede ejerza efectivo control sobre el perpetrador. “Efectivo control significa que el Vaticano supiera del caso, fuera informado y no actuara. O fuera informado y ordenase trasladar al abusador en lugar de perseguirlo y castigarlo”, explicó la relatora del caso, Felice Gaer.

El informe indica que el Vaticano “debe evitar que sus funcionarios u otros actuando oficialmente cometan actos de tortura o que consientan la acción de tales violaciones”, y que en caso de que los abusos sucedan o hayan sucedido debe asegurarse de que, una vez conocidos los hechos, la persona investigada “sea suspendida de sus funciones inmediatamente para evitar la posibilidad de más abusos o intimidaciones a las víctimas”. Además señaló que todas las sospechas de abusos deben ser comunicadas a las autoridades civiles del lugar donde se cometieron.

Es la segunda vez en este año que la ONU emite un contundente pronunciamiento sobre los crímenes sexuales en el interior del Vaticano. La primera fue en febrero, cuando el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño (CDN) emitió un informe en el que lamentó que el Vaticano nunca haya reconocido la magnitud de los crímenes de abuso sexual cometidos por curas católicos contra menores de edad y le exigió a la Santa Sede destapar todos los casos de abusos a niños por parte de miembros de la Iglesia, así como su sistemático encubrimiento. También ordenó que el Vaticano haga reformas para ajustarse a la Convención sobre los Derechos del Niño, de la cual es parte.

Ese fue un primer paso en la búsqueda de justicia por parte de las víctimas ante el máximo organismo internacional. A comienzos de este mes, las organizaciones Survivor’s Voice Europe y Survivor’s Network of Those Abused by Priests (Snap) plantearon de nuevo sus denuncias ante el Comité de la ONU contra la Tortura. “Esperamos que el Comité reconozca y decida que el abuso sexual infantil se clasifica como tortura según la definición de la ONU. Esperamos que se empiece a entender la naturaleza del abuso y cómo la gente que ha sido víctima tiene algo equivalente a una sentencia de cadena perpetua, y el daño causado se transmite a la siguiente generación y la siguiente... Esperamos que esto ayude a cientos de miles de víctimas de abuso a que presenten demandas en contra de la Iglesia, porque no hay estatuto de limitaciones para casos de tortura, aunque la Iglesia las evada y las retrase”, explicó entonces a este diario Sue Cox, la fundadora de Survivor’s Voice y víctima de violaciones por parte de curas católicos.

La ONU les dio otra vez la razón a las víctimas. Hasta ahora, sin embargo, y como manifestaron las organizaciones que presentaron el requerimiento ante el Comité contra la Tortura, el Estado del Vaticano no ha cumplido con las exigencias del primer informe del CDN: más allá de pedir perdón y anunciar la creación de algunos procedimientos y comisiones, el papa no ha reconocido que la violación de niños por parte de clérigos se realizó en una escala casi industrial durante décadas y tampoco se ha decidido a revelar la lista de crímenes que han sido encubiertos.

 

 

dsalgar@elespectador.com

@DanielSalgar1

Por Daniel Salgar Antolínez

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