La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) afirmó que es “muy difícil llenar el vacío” que dejó en Bolivia la agencia antidrogas estadounidense (DEA) cuando fue expulsada por el presidente Evo Morales en medio de la guerra contra el narcotráfico.
“Obviamente, es muy difícil llenar el vacío que pueda dejar la DEA por sus grandes recursos, pero es decisión soberana del gobierno de Bolivia escoger quiénes son sus socios en esta lucha”, declaró en La Paz el representante de la UNODC en Bolivia, el peruano César Guedes.
Los agentes de la DEA fueron expulsados en 2008 por Morales, que los acusó de conspirar contra su Gobierno, argumento que también había usado dos meses antes para echar al embajador estadounidense, Philip Goldberg.
La ONU, según Guedes, ha expresado su preocupación por la salida de la DEA, porque es un actor “que brinda recursos, que trae apoyo técnico, económico”.
Guedes habló en un acto del gobierno boliviano para presentar un compendio de acuerdos internacionales firmados en 40 años sobre la lucha antidrogas, en momentos en que crecen las dudas sobre su compromiso tras ser detenido en Panamá por tráfico de cocaína el general René Sanabria, que fue jefe antidrogas de Morales.
El representante de UNODC lamentó que Sanabria, que dirigía un departamento de inteligencia del ministerio de Gobierno cuando fue detenido, se haya involucrado con el narcotráfico, pero dijo que eso puede pasar en un país como Bolivia que produce cocaína, “porque hay un dinero extra” para la corrupción.
“La guerra contra el narcotráfico no se está perdiendo, no se está ganando. Estamos en guerra, cada batalla es importante y creo que ahora más que nunca es (necesario) el concurso de los países e instituciones internacionales, aunar esfuerzos para proyectar la guerra”, apuntó Guedes.
También dijo que la raíz del problema son “los cultivos ilícitos” de coca que son destinados en Bolivia a la fabricación de cocaína, aunque otra parte va a industrias legales, medicinas, bebidas y prácticas culturales.
Según un reciente informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) , la superficie de arbustos de coca en 2009 ascendió en Bolivia a 30.900 hectáreas y la cosecha potencial de coca se elevó hasta 40.200 toneladas, la cantidad más alta producida en el país desde 1998.
Antes de hablar el representante de la ONU, el vicecanciller boliviano, Juan Carlos Alurralde, destacó en un discurso que “la coca no es cocaína” y defendió la política de Morales contra el narcotráfico y los cultivos ilegales.
Morales sigue siendo presidente de sindicatos de cultivadores de coca y ha acusado a la ONU y Estados Unidos de conspirar en su contra al criticar su política antinarcóticos.
Más de cuarenta policías bolivianos, entre ellos el general Sanabria y dos coroneles, han sido detenidos en los últimos meses por tráfico de estupefacientes.